Óscar Arias Sánchez: un líder auténtico de todos los tiempos

El 13 de octubre de 1987, será siempre recordado como el día en que, por primera vez en la historia, un centroamericano ganó el Premio Nobel de la Paz. Por obvias razones, este acontecimiento constituye un magnífico ejemplo para conversar de un líder auténtico para los nuevos tiempos, en aquellos tiempos parecía improbable que se podía lograr la pacificación en Centroamérica.

Hay que resaltar las cualidades personales del expresidente Arias, destacando el protagonismo que ejerció, al enfrentarse a las potencias hegemónicas de ese entonces, los EE.UU y la URSS;  pero lo más relevante, fue su eficaz oratoria  y persuasión, en un proceso político complejo, que se libraba en la región.

Hoy que se celebra su natalicio, es una ocasión propicia para reflexionar, no solo sobre su papel en la historia, sino también sobre su liderazgo y legado como líder político auténtico de todos los tiempos, esta es una época en la que se están produciendo grandes avances tecnológicos, socio-culturales, económicos, y científicos, que configuran nuevas condiciones de vida. La historia nos ha relevado eventos importantes como lo han sido la invención de la imprenta, la Revolución Industrial, la Revolución Francesa, etc.; estos hechos históricos cambiaron la forma de vida de los ciudadanos y la forma en qué hacíam y pensaban. Don Óscar es un líder que ha entendido esas nuevas realidades, las cuales ha estudiado y por supuesto ha sabido conducir por la senda correcta.

El expresidente Arias se ha ilustrado y conoce de las problemática y los retos de Costa Rica y del mundo. El discurso que manejó en la campaña de 1986, tiene  vital importancia en la determinación de su éxito electoral por el mensaje que contenía, pero sobre todo, y muy especialmente, porque su mensaje era la paz –la principal promesa de valor-, la cual facilitó su triunfo en esa elección y se convirtió en un símbolo viviente. Por un lado, ese mensaje (Paz para mi Gente) –y que funcionó como eslogan publicitario– encontró eco en los costarricenses y se reflejó en un deseo de todos por propiciarlo. Por otro lado, don Oscar introducía determinados temas en campaña, que buscaban una mejor calidad de vida para los costarricenses.

A partir de ese momento el expresidente Arias luchó a fondo por desarrollar una estrategia de paz que se inició en 1986 y logró que los Presidentes centroamericanos firmaran el 7 de agosto de 1987, el denominado Plan Arias, que establece la Paz Firme y Duradera en Centroamérica, lo cual transformó la dinámica regional.

Esto marcó un hito de transcendencia para la región centroamericana, pero sobre todo para Costa Rica. El expresidente Oscar Arias logró renegociar la deuda pública externa de 3.947 millones de dólares, lo cual permitió asegurar la estabilidad de la economía costarricense pero lo más relevante, fue que logró promover el crecimiento económico, en el periodo 1986 – 1990, el país tuvo una tasa de crecimiento  promedio del 5%.

Decía Arnold C. Harberger: “hay una tentación continua de ceder a las presiones, de posponer pasos desagradables, de encontrar todo tipo de excusas para negar la dura realidad.” Nuevamente don Oscar ejerce su liderazgo en el periodo 2006 – 2010, al asumir la Presidencia de la  República y poner a caminar el país. Esta vez, en busca del bien común de Costa Rica, impulsa el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana, que llevaba algunos años de estar en la Asamblea Legislativa y por medio de un referéndum, se aprueba en el año 2007. Aquí tuvo que convencer a los costarricenses de la necesidad de aprobar este tratado. Su mensaje fue claro: “Tengo plena confianza en que sabremos escoger el camino correcto. Yo, por mi parte, como ciudadano y como Presidente de la República, ya escogí: voy a decir sí al TLC. Lo haré no porque sea perfecto para Costa Rica, sino, simplemente, porque es bueno para la mayoría de los costarricenses y porque, puestos en una balanza, son muchos más sus aspectos positivos, que aquellos sobre los que podamos abrigar dudas. Sobre todo, voy a decir sí al TLC porque decir sí implica una cierta forma de entender a Costa Rica, su futuro y su relación con el mundo.”  Esto es un claro ejemplo de como un líder guía a su pueblo y gracias a la aprobación de este tratado, hoy disfrutamos de mejores servicios como la telefonía celular y los seguros.

Si hoy en día se tomará la decisión de abrir el mercado de producción eléctrica, existirían tarifas más bajas para los consumidores y las empresas, que las que existe actualmente. Por consiguiente se mejoraría la competitividad del país.

Don Oscar siempre ha desarrollado estrategias retóricas exitosas, mediante el empleo de la técnica del storytelling, que consiste en construir un relato a partir de ideas,  que refuerzan su sentido político con los momentos históricos del momento, entre estas cabe citar las siguientes:

“Hay una diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata: si el demócrata no tiene oposición, su deber es crearla, mientras que el sueño del dictador es eliminar toda oposición.”

“No hay desarrollo ahí donde las políticas son improvisadas, donde reina la ocurrencia, o donde el miedo y la desidia llevan a repetir incansablemente las estrategias del pasado.”

“Nadie es imprescindible en una democracia. Lo imprescindible es que haya muchas personas dispuestas a trabajar por este país que tanto amamos (…). Servirle a mi pueblo ha sido el mayor honor de mi vida. Sería muy honroso regresar a la Presidencia y tener la oportunidad una vez más de inspirar optimismo. Pero no soy el único que puede hacerlo. Una democracia es más sana cuando hay siempre una nueva generación política formándose para sustituir a la anterior. Nuestro país necesita, con urgencia, la renovación de los liderazgos políticos.”

“No teman al futuro, porque ustedes son el futuro.”

 Don Oscar no tiene miedo a decir lo que piensa, su desiderátum adquiere un renovado y reforzado sentido cuando se escuchan sus discursos, pues es el líder político auténtico, que representa históricamente los nuevos tiempos que protagoniza el país. Es quien siempre ha aplicado y ha comentado en múltiples ocasiones: “la política es el medio idóneo para educar.”

La imagen de Oscar Arias Sánchez continua vigente. Al pronunciar su nombre aparece su figura  y la cual es de reconocimiento mundial. Su figura es la de un líder auténtico, un líder positivo y optimista, un líder generoso, él es el tipo de líder que concibe  la política como un servicio público (han sido ya más de 45 años de servicio público), y ha comprendido que sus iniciativas y sus logros los disfrutarán otros y su legado permanecerá intacto. Es un líder que tiene visión y su actuar siempre ha sido el de un estadista nato.

En estos tiempos vamos a necesitar líderes que afronten esta época con un mínimo de grandeza de espíritu y de dignidad humana y en estos momentos es imposible encontrarlos en la escena mundial.  Los actuales líderes están enredados, en asuntos menores, en estrategias de desgastadas y en enfrentamientos gratuitos en donde el interés nacional carece de la menor significación. El estamento político no está a la altura de los tiempos. Nadie tiene la autoridad moral que tiene Oscar Arias Sánchez para preguntarnos y guiarnos de qué podemos y debemos hacer por nuestro país..

Gracias a Óscar Arias Sánchez por ser un líder auténtico de todos los tiempos y por ser un artífice de la paz y el desarme mundial.

 

*El autor es Máster en Administración de Empresas y Mercadólogo.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

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