Para que una gallina ponga los huevos de oro, tendría que comer unos granos de oro; lo que implica y significa, el turismo y el café, dos de los pilares de la economía costarricense. En lo referente al turismo son poco los países que nos superan en la flora y la fauna, en la excelente infraestructura hotelera y en la amabilidad propia del costarricense, faltarían, tal vez, unos salarios de los trabajadores del sector acordes a las ganancias, los cuales son muy pingües. Espantar y poner en fuga a la gallina, tan “cacareada” de los huevos de oro, se debe a la vulnerabilidad del turismo que es muy parecida a un riachuelo cuyas aguas se desvían con solo ponerle una piedrecita, a parte de los hombres; a veces la culpa es de la madre natura.
Las y los cogedores de café, trabajadores temporales; son en la actualidad en su mayoría extranjeros, parte de ellos procedente del vecino país Panamá. “Memento homo…” nos recuerda; que no se necesita ningún pronunciamiento de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, para tratarlos como hombres y mujeres que son, a este respecto viene a colación la propuesta de la CCSS, muy oportuna y necesaria; de asegurarlos, debiendo el ICAFE como empleador aportar unas cuotas y los trabajadores otra de menor cantidad, por ser temporales; concluimos con el refrán “¡Sí se puede, y se debe!”
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