Odiar y discriminar en el nombre de Dios

» Por Rolando Portilla Pastor - Ingeniero Civil. MSc Manejo de Cuencas Hidrográficas

Marcha de la Diversidad Costa Rica 2017. Foto: Luis Madrigal / El Mundo CR
Marcha de la Diversidad Costa Rica 2017. Foto: Luis Madrigal / El Mundo CR

No debería haber duda de que Costa Rica debe evolucionar hacia un reconocimiento pleno de los derechos humanos de la comunidad LGBTI, entre ellos la legalización del matrimonio civil entre personas del mismo sexo, y a eso apunta la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Resulta difícil entender, como, en el siglo 21, todavía existan personas y grupos que piensen y defiendan qué a un sector de la población, se les tenga que privar de sus derechos humanos. Parecen no entender que estas personas también son costarricenses, a las que la Constitución otorga iguales derechos. Lo increíble es que estos grupos religiosos hablan de amor, de comprensión, de seguir los mandamientos de Dios, pero en sus actos se refleja el temor, la fobia y el odio hacia un sector de la población que no piensa o siente igual que ellos.  Están odiando y discriminando en el nombre de Dios.

Cuando el candidato Fabricio Alvarado dice que se opone al matrimonio igualitario, pero que piensa que existen otras figuras que podrían aplicarse para brindar estos derechos, como las sociedades de convivencia, se olvida de que este último mecanismo no ha podido avanzar en la corriente legislativa, precisamente por el bloqueo y oposición sistemático y furibundo de los partidos políticos de corte cristiano en la Asamblea Legislativa.  Aún recuerdo escuchar a uno de estos diputados oponiéndose al proyecto de sociedades de convivencia, porque si se cedía en esto, luego se iba a querer el matrimonio igualitario, por lo que de ningún modo se podían abrir portillos.  Entonces, en el fondo, lo que ocurre es que no se quiere otorgar derechos a la comunidad LGBTI, es más, el asunto es más serio, parecieran preferir que estos no existieran, que pudieran ser borrados del mapa, les molesta la sola existencia de personas gay, lesbianas, bisexuales, etc, porque esto choca y ofende su dogmatismo y su fundamentalismo religioso.  Algunos incluso mantienen posiciones tan retrógradas, como creer que, con jornadas de oración, son capaces de “sanar” a los homosexuales o lesbianas de sus supuestas desviaciones y depravaciones.

Hablan de la defensa de la vida y la familia, pero anteponen a estos conceptos sus dogmas bíblico-religiosos. ¿Es que acaso ser homosexual es estar en contra de la vida? ¿Por qué no puede constituir un tipo de familia dos personas del mismo sexo con sus hijos o sus mascotas, conviviendo en un marco de amor, respeto y solidaridad?  ¿No existe vida y familia en este tipo de relaciones? ¿Qué daño están haciendo a los demás? ¿Dónde está entonces el verdadero problema?

Estamos, ni más ni menos, ante la posibilidad de caer en una teocracia en Costa Rica, que establezca un Poder Ejecutivo y una Asamblea Legislativa totalmente controladas por grupos religiosos fundamentalistas, lo que nos podría llevar a un Estado similar al de los países islámicos, algo sumamente peligroso para Costa Rica. Si esto se diera, las principales decisiones del país se podrían tomar con base en criterios y dogmas religiosos, y no necesariamente pensando en el beneficio de la mayoría. El principal ejemplo de esto es la impulsiva e irracional propuesta de don Fabricio, de sacarnos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, solo por haber emitido opiniones contrarias a sus principios religiosos.

Por eso, costarricenses, meditemos muy bien nuestro voto, el futuro de Costa Rica está en juego. Que impere la verdad, el amor y la razón.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@nuevo.elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

Últimas noticias

Te puede interesar...

Últimas noticias