Como mujeres somos conscientes que aún tenemos que librar muchas batallas para erradicar el machismo que tanto daño le ha hecho a los seres humanos. No hemos obtenido nada gratis, hemos tenido que luchar por nuestros derechos políticos, económicos y sociales, y sabemos que tendremos que seguir trabajando para conquistar espacios en la toma de decisiones de organizaciones, partidos políticos y gobiernos.
Por eso, es indignante que venga un político que aprovechando el espacio que tiene en televisión nacional afirme frente a los costarricenses que para gobernar este país es necesario tener “huevos”, con un claro discurso de que las mujeres no tienen capacidad para tomar las riendas de un país.
No se puede permitir que frases como estas sigan permeándose en la mente de los costarricenses, no puede verse simplemente como un discurso inocente para destacarse de los otros precandidatos, es un discurso claramente machista, que viene acompañado de igual forma de la naturalización de la violencia.
El lenguaje no es aséptico, no podemos pensar que una frase cargada de estereotipos machistas no pueda ser utilizada para envalentonar mensajes misóginos, máxime que lo está diciendo una figura política que en su momento, fue Presidente de este país.
Durante el debate también fuimos testigos de la utilización del “matonismo” de parte de Figueres para según él, defender sus posiciones. No podemos permitir que la política exalte la violencia, que aplauda al macho que hace alarde de su “poder” para defender sus posiciones, porque esto trae aparejado que la violencia siga inmiscuyéndose en todos los niveles de nuestra sociedad.
En lo poco que va del año, hemos sido testigos de como nuestra sociedad machista ya se ha cobrado la vida de varias mujeres, incluso hemos sido testigos estupefactos de como en este siglo siguen literalmente, quemando mujeres a causa de la violencia machista.
Como mujeres sabemos que ya otras dieron importantes luchas por nuestros derechos, las sufragistas de Inglaterra para obtener el derecho al voto, las mujeres que murieron en 1908 en una fábrica textil por defender sus derechos laborales, hoy seguimos las sendas que otras mujeres abrieron, mujeres como Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái y muchísimas otras.
Hoy nos indignamos por su afirmación, José María, porque tenemos el deber de mirar a la cara a nuestras hijas y decirles que si así lo desean, pueden ser presidentas de este país.
No, no se necesita “huevos” para gobernar un país, se necesita inteligencia.