
El poema “Los zapaticos de rosa”, cuyo autor José Martí[1], aborda la situación de una niña llamada Pilar que se dirige a la orilla del mar a estrenar su sombrero de pluma, donde la madre (padres adinerados) le indica que tenga cuidado no mancharse o mojarse en la arena sus zapaticos de rosa – asumiendo el color rosado de los mismos -, ¿Qué sucede? Extraigo para ello, algunos de los fragmentos del poema.
| Dicen que suenan las olas
mejor allá en la barranca, y que la arena es muy blanca donde están las niñas solas. |
«Con sus dos brazos menudos
estaba como abrasando; y yo mirando, mirando sus piececitos desnudos». |
| Pilar corre a su mamá:
«¡Mamá, yo voy a ser buena; déjame ir sola a la arena; allá, tú me ves, allá!» |
«Me llegó al cuerpo la espuma.
Alcé los ojos y vi esta niña frente a mí con su sombrero de pluma». |
| ¡Se va allá, donde ¡muy lejos!
las aguas son más salobres, donde se sientan los pobres, donde se sientan los viejos! |
«¡Se parece a los retratos
tu niña! dijo: ¿Es de cera? ¿quiere jugar? ¡si quisiera!… ¿y por qué está sin zapatos?» |
| Se fue la niña a jugar,
la espuma blanca bajó, y pasó el tiempo, y pasó un águila por el mar. |
«Mira, ¡la mano le abrasa,
y tiene los pies tan fríos! ¡oh, toma, toma los míos, yo tengo más en mi casa!» |
| Trabaja mucho, trabaja,
para andar: ¿qué es lo que tiene Pilar que anda así, que viene con la cabecita baja? |
«No sé bien, señora hermosa, lo que sucedió después; ¡Le vi a mi hijita en los pies los zapaticos de rosa!» |
| Bien sabe la madre hermosa
por qué le cuesta el andar: «¿Y los zapatos, Pilar, los zapaticos de rosa?» |
Abrió la madre los brazos,
se echó Pilar en su pecho, y sacó el traje deshecho, sin adornos y sin lazos. |
| «¡Ah, loca! ¿en dónde estarán?
¡Di dónde Pilar!» «Señora», dice una mujer que llora: «¡están conmigo, aquí están!» |
Todo lo quiere saber
de la enferma la señora: ¡No quiere saber que llora de pobreza una mujer! |
| «Yo tengo una niña enferma
que llora en el cuarto oscuro y la traigo al aire puro, a ver el sol, y a que duerma». |
«¡Sí, Pilar, ¡dáselo! ¡y eso
también! ¡tu manta! ¡tu anillo!» Y ella le dio su bolsillo, le dio el clavel, le dio un beso. |
¿Qué hizo Pilar?; ¿cuál fue la actitud de su mamá?; ¿Qué valores se pusieron de manifiesto en lo leído? Si uno de los seleccionados – como valor – fue la Humildad, estás en lo correcto.
¿Que entendemos por humildad? “Virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia, reconoce la igual dignidad de cada ser humano en tanto que todos vienen “de la tierra”.
Una persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad ni tiene la necesidad de recordar constantemente a los demás sus éxitos y logros; mucho menos los usa para pisotear a las personas de su entorno; además actúa con modestia, sencillez y mesura; percibe las relaciones sociales desde la horizontalidad; escucha a los demás y toma en cuenta dichas opiniones; respeta genuinamente a los demás.
Por cierto, analiza si en alguna ocasión, lo has sido o eres. ¿Sugerencia? Es una bella cualidad o valor, apréndela y desarróllala.
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[1] José Martí (1853 – 1895). Poeta cubano, considerado el iniciador del modernismo literario en Hispanoamérica. En este poema Martí hace hincapié en los sentimientos humanos y en los valores universales que deben regir la conducta humana- El poema forma parte del libro la Edad de Oro, publicado por primera vez en 1889.
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