En la gestión anterior de la Asamblea Legislativa el Partido Liberación Nacional colocó al ex diputado Justo Orozco en la Presidencia de la Comisión de Derechos Humanos. Esto no es cosa simple, fue aliarse con quienes lucran de la fe y darle voz al odio y discriminación. Fue un año de luto para los derechos humanos, para la dignidad y para la política decente.
Fue un año especial para la lucha por los derechos humanos, un año de movilizaciones y acciones conjuntas. La amenaza que representaba Justo Orozco para construir una Costa Rica de derechos y oportunidades para todos y todas, sin discriminación alguna, era una amenaza seria y más que evidente. Liberación Nacional pareció no entender el costo político de los pactos legislativos abiertamente en contra de varios sectores de la población.
Lo peor: Aún ahora no lo han logrado entender.
Hoy, la alianza conservadora se arma de nuevo para colocar sus fichas fundamentalistas en la Presidencia de la Asamblea Legislativa. Nuestros “Padres de la Patria” están dispuestos a que el odio y la discriminación se concreten en acciones desde el Directorio Legislativo. Colocar a cualquiera de los diputados cristianos o libertarios en la Presidencia es colocar el odio en un pedestal de discriminación, es odiar la idea de una Costa Rica donde entremos todos y todas.
Nuevamente, Liberación Nacional está dispuesto a negociar con derechos humanos, con la dignidad de las personas. En pleno año electoral escogen el odio sobre el amor, la discriminación sobre la inclusión, la vulgarización de la política sobre la política decente. Para todas las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex que amamos profundamente nuestro país, Liberación Nacional y el resto de la alianza conservadora pretenden hacernos creer que nuestro país nos odia.
Quiénes, desde el activismo o las formas decentes de hacer política a partir del próximo 1° de mayo estaremos en luto por nuestro país si los planes de la alianza conservadora se concretan. Sin embargo, sabremos encontrar las fuerzas y la motivación para movilizarnos y gritarles a quiénes creen tener el derecho de imponernos su visión del mundo: ¡Nunca más!
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