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Más vacunas es la solución

» Por Paul Stephen - Mercadólogo, MBA en Gerencia General

Tras un año de múltiples dificultades y una serie de oleadas, así como con una tasa de desempleo que fue del 18.5% entre diciembre del 2020 y febrero del 2021, queda demostrado que la pandemia resurge cada vez que se le brinda oportunidad y que la única forma de pararla es la vacunación masiva de los costarricenses.

Pero este importante instrumento no será plenamente efectivo hasta que las vacunas no lleguen a todos y todas. Hasta ahora, sólo una pequeña parte de la población ha sido inmunizada, según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) al día de hoy se han aplicado 818884 dosis (538682 corresponden a la primera dosis y 280202 a la segunda dosis), eso apenas responde a un 16% de una tasa de aplicación por cada 100 habitantes y es insuficiente.

Hay que tomar en consideración el ritmo de fabricación actual de las vacunas, muchos países recibirán sus primeras dosis hasta el año 2023. A nuestro país hoy han llegado 1,257,855 dosis.  La perspectiva es que muchas personas tengan que esperar años para poder acceder a la vacuna. Eso no sólo es injusto, sino que además pone en riesgo la eficacia del que ha sido el mayor hito de la humanidad en mucho tiempo: haber conseguido no una sino varias vacunas seguras y eficaces en un tiempo récord.

Esta es una emergencia nacional, pero de dimensiones globales, de nada servirá que unos cuantos consigan alcanzar la inmunidad y según los grupos que ha establecido las autoridades sanitarias, si el virus sigue circulando en otros lugares, pues tendrá la oportunidad de mutar y desarrollar nuevas variantes como ya está ocurriendo (se han desarrollado las sepas de Brasil y la del Reino Unido).

En todo caso, proteger a la población vacunada exigirá mantenerla totalmente aislada del resto del mundo, lo que significa que no se podrá restablecer la plena normalidad del comercio y la movilidad. El país enfrenta además otras crisis como lo son la económica, fiscal y social, no podemos darnos el lujo de establecer nuevas restricciones, lo cual generaría un caos gravísimo en Costa Rica.

A pesar de que existe existe la iniciativa COVAX y que suministra vacunas para al menos el 20% de la población de cada país participante a nivel global y ya el pasado 7 de abril recibimos 43,200 dosis. Está claro que no va a ser suficiente. Ante esta evidencia, resulta imperativo debatir y encontrar soluciones que permitan incrementar el arribo de más vacunas. El Gobierno de Costa Rica solicitó el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea para tener acceso a más vacunas en medio de la tercera ola de contagios de la COVID-19, que está siendo mucho más agresiva que las anteriores y que está causando una saturación de los hospitales.

El país tiene un contrato con Pfizer para recibir 4 millones de dosis, otro con Astra Zeneca para 1 millón de dosis y otro acuerdo con el mecanismo Covax para 2 millones de dosis. Este es un avance, pero no se puede dejar al interés o a la buena voluntad, este es un asunto del que dependen la salud y la economía nacional. Se debe apoyar y presionar para para que este tipo de acuerdos prolifere, buscar otras vacunas como la Sputnik V u otras como las de China, así como también que el sector privado pueda importar vacunas contra la COVID-19, tal y como lo hizo la administración del presidente de EE.UU. Joe Biden con el pacto entre Johnson & Johnson y Merck. Esto debe hacerse con urgencia.

Un ejemplo en el mundo ha sido el de Israel, que ha logrado vacunar a su población a un ritmo acelerado y es el país que tiene la tasa de vacunación más alta del mundo. Más del 50% de la población ha recibido al menos una dosis y para finales del mes de mayo del presente año las autoridades sanitarias prevén vacunar al 80% de los israelíes.

Vivimos tiempos difíciles, pero es hora de tomar medidas extraordinarias en momentos como estos. Está en juego la vida y el bienestar de muchos costarricenses. El Gobierno del presidente Alvarado Quesada debe establecer como prioridad número uno el que se aumente el ritmo de vacunación para que en el mes de setiembre alcancemos el 70% de vacunados de la población adulta del país.

Más vacunas es la solución. Sólo así podremos salir adelante y flexibilizar las medidas de restricción, ya que está demostrado que con la aplicación de una vacunación masiva tiene una alta efectividad en prevenir más contagios, hospitalizaciones y muerte por COVID-19.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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