La realidad muestra que las mujeres estamos en desventaja frente al hombre. Esta afirmación tiene el propósito de ubicarnos en el entorno y a partir de este escenario tomar las acciones que nos pongan en equidad de oportunidades y de ahí pasemos a la igualdad.
Para lograr la igualdad electoral, para elegir y ser electas en posiciones de mando político hubo que esperar 70 años. De 1917 a 1949 se presentaron 14 proyectos ante el Congreso de la República para reconocer el derecho al voto a la mujer. Es finalmente, la Asamblea Nacional Constituyente de 1949 la que asume la voluntad del pueblo para dar cabida al sufragio femenino.
A partir del 20 de junio de 1949 se han elegido cinco mujeres en las presidencias de los supremos poderes del Estado. Este número parece insuficiente, pero nos hemos adelantado en comparación con la realidad planetaria. El período 2018-2022 de la Asamblea Legislativa está constituida por 57 personas, de las cuales 26 corresponden a mujeres y 31 es para los hombres. Estamos cerca de la igualdad. En América Latina el promedio es del 30% y en el resto del mundo corresponde al 24% de representación femenil.
Algunos investigadores dicen que las mujeres necesitamos que transcurran 200 años para alcanzar la igualdad. Esperemos que se equivoquen y por mucho. Esa premisa parece salir de la política tradicional que se arroga la visión patriarcal del universo.
En el mundo hemos proclamado los objetivos del desarrollo sostenible para alcanzar la igualdad de género. Esta decisión nos ha llevado a conocer la realidad y estar al tanto de los cambios que debemos impulsar. Romper barreras mentales, político-económicas y socio-culturales. Quedarse con el antiguo esquema es perpetuar el patriarcado. Es dar los pasos por el camino del viejo diseño de sociedad.
La humanidad debe distribuir la abundancia del alimento para erradicar la pobreza en todas sus fronteras. Poner a las niñas y niños en igualdad de oportunidades educativas para cerrar la brecha de género representa una fisura del 32%. Esa grieta llevada a la política adquiere hasta un 77%. Estos sistemas de dominación han renegado la igualdad por siglos.
Debemos plasmar acciones afirmativas que cierren las brechas. Especialmente para quienes viven en condiciones de vulnerabilidad. Sin distinción de nación, raza, religión o condición.
La representación de las mujeres en posiciones ejecutivas, en grandes, medianas y pequeñas corporaciones transnacionales, es un tema pendiente que debe responderse a partir de la equidad educativa. Las cifras estadísticas son prácticamente nulas.
Es claro que el cambio de paradigma en la enseñanza, en donde la igualdad, en todos los niveles alcance su punto, redundará en equidad y luego en igualdad.
La salud es factor determinante en el camino de la igualdad. Elegí un camino de protección para la salud de las mujeres y con ello, contribuir con la humanidad. Es debido a la experiencia que elevo este tema como pilar fundamental para la conquista de la igualdad. El control y la erradicación del VIH es una situación que pone de manifiesto la necesidad de detener y reducir la propagación de la epidemia. En América Latina existen 300,000 personas infectadas y una de cada cinco es una mujer. El VIH es la principal causa de muerte de las mujeres en edad reproductiva (15 a 24 años). El acceso universal a la salud incide en las mujeres y directamente, en la reducción de la mortalidad infantil.
Los mismos derechos para hombre y mujer, son la realidad que debemos abrazar, en nuestro día a día. Como mujeres y como seres humanos debemos alcanzar la equidad y la igualdad antes de que pasen otros 70 años. Es la realidad que debemos heredar a nuestras hijas.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.
