Los monos de la Volkswagen “Made in Germany”, solamente al ver de lejos un “escarabajo” u otro automóvil de la misma marca correrían a toda velocidad para llegar a un lugar seguro, salvarse de ser atrapados y torturados por unos ingenieros teutones líderes de la tecnología automotriz de última generación, todavía nostálgicos del racismo nefasto del pasado, que nadie salga con la soberana frase de: “No son todos”.
Para seguir con el tema y; como si no fuera suficiente, en otra latitud donde gobierna el “filántropo” Donald Trump, operan una enorme cantidad de multinacionales que no respetan a nadie y se guían por “Guide for the Care and Use of Laboratory Animals”, que es una revista publicada por “Las Academias Nacionales de Ciencia Ingeniería y Medicina” de los Estados Unidos, que no es nueva; pues llegó a la bonita “hazaña” de ocho ediciones, para torturar ”científicamente” a los animales y más de una vez matarlos, y añadimos que los más “usados” fueron siempre los ratones, pese a la famosa y excelente creación de Walt Disney, cuyo ratón Mickey Mouse ha deleitado y sigue en lo mismo a millones de niños de todo el mundo.
Ojalá que una parte del mundo, que ama a los animales, se empeñe para que el 5% del ADN que nos separa de los monos, quede en su sitio con ellos y no llegue nunca a la Volkswagen.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.