Ninguna forma de violencia debe ser aceptada en nuestra sociedad; sin embargo, pareciera que la violencia intrafamiliar o doméstica hacia los hombres sí está justificada ¡Cuidado!
Por ello, quiero compartir algunos datos recopilados a través del Sistema de Emergencias 9-1-1 que evidencian que los hombres también son agredidos y estoy plenamente convencido que, ante cualquier forma de agresión, sea contra mujeres o contra hombres, debe aplicarse sanción; precisamente, quienes tratan de ver a la mujer como la parte débil en todo es lo que tiende a discriminarla constantemente. Desde el momento en que la tildan como débil, ya la están discriminando, debilitando. No olvidemos el artículo 33 de la Constitución Política de Costa Rica: “Toda persona es igual ante la ley y no podrá practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana”, ni en perjuicio de las mujeres ni de los hombres.
Datos del Sistema de Emergencias 9-1-1 revelan que en el 2017 se registraron 7.999 denuncias de hombres agredidos, que sufrieron violencia intrafamiliar, lo que equivale a un promedio de 22 denuncias diarias. La mayoría de estas denuncias respondían a violencia psicológica (5.506), física (1.447) y patrimonial (650). Sin embargo, en el 2018 y 2019 los datos van al alza, ¿la razón? quizá se han atrevido a denunciar en los últimos tiempos.
Pese a que estas cifras pueden ser que no representen la realidad, ya que habrá una gran cantidad de hombres que realmente prefieren ocultar y callar que están siendo objeto de violencia, ya sea ésta a través de cualquier acción intencional que busque lastimarle físicamente o a través de la violencia psíquica (mental), por ejemplo “si me dejas me mato”, “ya no me querés”, “sos un inútil”, “sos un mantenido”; deben llevarnos a la reflexión y a condenar cualquier forma de agresión, de violencia.
Es fundamental dejar claro que la violencia no debe ser aceptada, así vaya en detrimento de hombres o mujeres y debe caer el “peso de la Ley” a quien agreda, en igualdad de condiciones.
Por ejemplo, quien agrediere a una persona, sea una mujer o a un hombre según el Código Penal de Costa Rica; será reprimido con prisión de dos a seis si se usa arma u otro objeto contundente, aunque no causare herida. También, si producto de esa violencia dañara algún bien que le pertenece a la víctima, se le impondrá prisión de seis meses a cuatro años; asimismo, hay que considerar que la pena podría agravarse en caso de provocarle lesiones a la otra persona o de provocarle la muerte. De igual manera, en el caso de la Mujer, se dispone de una norma especial que las tutela (Ley No 8589).
En ese rango de respeto entre unos y otros y de igualdad de condiciones que por años se ha luchado, debe dejarse toda forma de discriminación orientada a invisibilizar al hombre o a la mujer; por ello, así como existe una norma que agrava la Violencia contra la Mujer (Ley No 8589), debería equipararse una contra el Hombre; de igual forma, la Ley contra la Violencia Doméstica (N° 7586) debería dejar de presumir que el agresor es sólo el hombre y que él no podría eventualmente solicitar medidas de protección. La igualdad y el respeto entre unos y otros es lo que haría la diferencia. Es el principio del respeto entre unos y otros.
La Justicia que propaga la sociedad debe ser realmente Justa, debe serlo para todas las personas y no escudar o justificar la agresión contra los hombres por el hecho de que lamentablemente las mujeres también han sido víctimas.
Ninguna forma de violencia debe ser aceptada, ni contra mujeres ni contra los hombres y el Estado debe ser equitativo en este tema, no discriminar en el tratamiento hacia unos ni otros, pues la verdad es que la agresión no tiene género y todos somos llamados a tolerarnos; no busquemos equidad con inequidad, no busquemos respeto con irrespeto.
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