Los cuentos chinos del cemento chino

En abril del 2015 en el diario EL MUNDO recibimos una denuncia por el uso del cemento chino sin licencia de importación del Ministerio de Economía en una obra pública, el dique de Nosara.

En esa oportunidad nos desplazamos a la comunidad guanacasteca y realizamos un reportaje sobre esa situación, en efecto la empresa JCB utilizaba en el dique cemento traído de China que no había sido autorizado aún para comercializar en Costa Rica.

A partir de ese momento hemos investigado todas las denuncias que se han dado en torno a este tema.

A la empresa JCB y a la marca de cemento chino SINOCEM se le ha intentado por todos los medios buscar irregularidades. Después de que el MEIC les otorgó la licencia de importación, el dique de Nosara finalmente pudo utilizar el producto chino.

Meses después de concluir la obra, dos medios de comunicación realizaron reportajes cuestionando la calidad del cemento, pusieron “expertos” a opinar, que con supuestos estudios aseguraban que el dique colapsaría en pocos meses, por la pésima calidad del cemento.

Pero no, el dique de Nosara sigue en pie, completamente solido en su construcción, soportó las fuertes lluvias incluso del huracán Otto. Todas las advertencias apocalípticas de estafas contra el Estado, de desgracia para las comunidades, que indicaban los reportajes de prensa quedaron en nada, y el tiempo demostró que no eran ciertas.

Es claro que la importación de cemento afecta intereses económicos de empresas gigantes que ven en peligro su monopolio, y cualquiera que tenga la osadía de intentar amenazar su negocio se enfrentará a una guerra sin cuartel.

Era cuestión de tiempo para que después de los ataques a la calidad del cemento chino, que no dieron resultado, se utilizarán otras tácticas en la “guerra del cemento”.

Y es que los ataques por la calidad del producto fueron rechazados hasta por instancias estatales respetables, como LANAMME de la UCR.

Pero como era lógico, las cosas no se quedarían ahí, y tenían que seguir buscando como derrotar a los atrevidos que amenazaban el negociazo del monopolio del cemento.

Con la ayuda directa de un medio de comunicación con claros intereses en la banca, llegó la oportunidad de hacer mancuerna y tratar de dañar ya no solo a la empresa importadora de cemento sino también al Banco de Costa Rica, por un préstamo que facilitaría la compra de un embarque del cemento.

Un préstamo que la Fiscalía General de la República ha investigado, y respaldados en un informe del Organismo de Investigación Judicial, han concluido que el préstamo cuenta con suficientes garantías.

Pero bueno, ahora intentan meter un nuevo actor, y que mejor que lograr nuevos soldados en esta guerra, llevando el tema a una batalla política, claro la campaña está cerca y si metían al Gobierno en el enredo más de un partido de manera oportuna se iba a sumar a los ataques.

Ahora tocaba tratar de enlodar al Gobierno en un supuesto caso de corrupción por el préstamo del BCR, el cual indica el OIJ cuenta con garantías suficientes. Pero es hora de sacarse el clavo con la Administración que también tuvo la osadía de abrir el mercado del cemento.

Y ya con esta suma de actores, donde cuentan con dos medios de comunicación para el juego mediático, cuentan con partidos políticos para el juego politiquero, y un batallón de supuestos informantes que nuevamente y como ya se hizo con el dique de Nosara pueden predecir todas las catástrofes que el dinero pueda pagar.

El problema del importador del cemento chino es que creyó que se podía enfrentar a los monstruos del monopolio del cemento, sin calcular la fuerza de sus tentáculos.

Cuando en unos meses se diga que no existían irregularidades y el préstamo se pagó sin ningún problema para el banco, ya no importará, porque al igual que con el dique, el daño estará hecho.

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