Cuando yo era estudiante en la universidad siempre cuestionaba de forma positiva algunos criterios de los profesores, esto debido a que yo ya tenía años de trabajar en el mercado laboral como emprendedor, uno de los cuestionamientos más críticos que les hice a mis profesores de turno fue: ¿Profesor usted de casualidad pone en práctica lo que nos enseña en la carrera de administración de negocios? ¿Cuántas empresas tiene?, ante este par de cuestionamientos de mi parte la respuesta que recibí de la mayoría es que trabajan para un jefe y que no son personas de negocios o emprendedoras, con esto nos damos cuenta que quienes forman a futuros profesionales en Administración de negocios son empleados y no empresarios; entonces como se pretende formar futuros emprendedores si la metodología que los enseña es a depender de un jefe que les de órdenes y que no los enseñe a pensar y ser personas libres desde el punto de vista laboral.
Ante esa inquietud mi persona notó esa falencia en el sistema educativo superior en una carrera, que en la sana teoría nació para formar emprendedores y personas que piensen y cuestionen de forma positiva, sin embargo, notamos que es todo lo contrario, forman profesionales para acatar órdenes y seguir un sistema de trabajo.
Actualmente soy propietario de una firma consultora y docente universitario, por lo que suelo a veces salirme del libreto y enseñar a mis estudiantes a emprender a realizar negocios, a poseer varias fuentes de ingresos, a no depender de un empleo, sino que sean sus propios jefes que luchen por sus sueños y en caso de tener un empleo poseer un emprendimiento paralelo y una vez que esa PYME cubra ambos ingresos renunciar a su trabajo, como lo manifestó el actual presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Hace poco tuve desavenencias con un director de carrera de donde imparto clases debido a que en un programa llamado empléate, yo no debía de enseñarlos a formar negocios o fomentar el emprendimiento, que debía enseñarlos a ser empleados de una empresa, debido a que los estudiantes una vez terminados sus estudios, ingresaban a laborar para zonas francas.
Con esto me doy cuenta que las universidades en su mayoría son formadores de empleados y no emprendedores, por eso es importante que los rectores, decanos, directores y jefaturas en general de las universidades, deberían contratar profesores en Administración de Empresas que posean negocios propios, porque aparte de ser empresario como tal, tiene la experiencia de primera mano de cómo es el mundo corporativo.
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El autor es Licdo en Administración de Empresas. Profesor Universitario, fundador y propietario de Consultora FARM Soluciones.