Si todas las ofertas de los candidatos a presidente de la República se hicieran realidad, Costa Rica sería el mejor país del mundo, digno y merecedor de ser imitado; además de feliz y “pura vida”, no obstante; hay que tomar en cuenta, unos ofrecimientos estrambóticos, los cuales ameritarían la ampliación de los tiestos, cuyo refrán muy tico conocemos de sobra.
Por dicha se eliminaron las banderas de los partidos y los afiches, reemplazados por unos rótulos de gran tamaño, unos cortos de televisión y mensajes de radio, todos muy “baratos”.
Los aspirantes tendrían que emprender una lucha sin cuartel contra el hijo de Zeus, el dios Cronos del tiempo, mientras que sería oportuno; pedirle a Eolo el rey de los vientos que se uniera al Astro Rey, el sol; para darnos un empujoncito con el fin de que tengamos una energía limpia. Los futuros mandatarios, deberían quitarle a Melpómene, la musa del teatro, la sempiterna “argolla nacional”.
Los noveles y debutantes padres y madres de la patria: ¿tendrán los hombres calzar el coturno y las mujeres unas zapatillas? Y para seguir en el tema: ¿en el nuevo templo de la democracia habrán usado en su construcción el cemento chino?; ¿Tendremos más cárceles o tobilleras en el próximo gobierno?; ¿Se apretarán las togas nuestros jueces?
Para concluir con la bola de cristal, después de muchas ofertas y preguntas, la pregunta del millón: ¿cuántas y cuáles serán las respuestas?
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