Por Luigi Rebecchi Pannelli
Observando un respeto profundo hacia todo ser humano en apuros, que son muchos, nos preguntamos la razón por la cual no se les envían las medicinas que necesitan a los Venezolanos, en lugar de someterlos a trámites burocráticos y engorrosos como son los migratorios. En un tema parecido, opinamos que pese a las dificultades económicas de Brasil y Argentina, cuyas extensiones territoriales son enormes, podrían recibir y albergar a miles de víctimas del sátrapa de Siria y del novel zar Ruso su aliado, amén de los demás países en guerras civiles, en el caso específico, no hablamos de los colonizadores quienes nunca fueron filántropos, más de seres humanos y sus familias que quieren vivir en paz y; a lo mejor, trabajar sin ser como de costumbre explotados.
El ejemplo de los colonizadores británicos en la India no es el mejor; sin embargo, dejaron unos trenes que aún vetustos todavía sirven.
El intento del progresista Uruguay de recibir unos pocos migrantes, según asume la prensa, fue un fracaso, tal vez a causa de la falta de adaptación de los mismos o de la gestión gubernamental.
Da grima oír las condolencias hipócritas de los gobernantes referentes a los ciudadanos de sus mismos países muertos sin más ni menos, es hora de pensar en una emigración decente y financiada conforme a los verdaderos derechos humanos: “¿Sería mucho pedir?”.
