Don Fulgencio es un ganadero pobre quien se defiende con pocas vacas y no tiene toros para mandar de payasos a Zapote y ganarse un “tanate” de billetes como sus compañeros, se conforma con lo que tiene y; de vez en cuando, se toma un “Cacique” porque le gusta. Durante una noche que se había pasado de tragos, fue a revisar su mini establo, donde vivía su vaca “Chineada” Eulalia, que era muy “chispa”; además de informada, quiso dar una broma a su patrón, quien andaba por ahí algo tambaleante y; le farfulló: “¡Tanto teatro para enseñar a unos güilas a sacarme un poco de leche, mejor que el INA hiciera intercambios técnicos como hace el INACAP de Chile con otros países!” Cuando don Fulgencio se compuso de la “huma”; tuvo dudas y muchas en contar a los demás lo que había escuchado de su vaca Eulalia, por miedo a ser encerrado en el Psiquiátrico.
En conclusión el INA. debe revisarse y actualizarse a las necesidades del mercado.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo y número de identificación al correo redaccion@elmundo.cr.