La trascendencia de una nueva geopolítica global con enfoque feminista

» Por María Paula Monge - Estudiante Relaciones Internacionales UIA

Con el fin de la guerra fría, parecía que el clima de exclusión se rompería, se habló de un mundo en donde poco a poco las fronteras se iban a disolver. Sin embargo, el 11 de septiembre de 2001 ocurrió el atentado contra las torres gemelas del World Trade Center, cambiando el panorama geopolítico y dando un giro al orden mundial. El mantener las fronteras era necesario para la seguridad.

¿Pero, esto qué tiene que ver con la geopolítica crítica y por qué la necesidad de darle un enfoque a una visión feminista?

Según Joanne Sharp, profesora inglesa de la Universidad de Glasgow en los días que siguieron después del atentado, los bomberos hombres fueron glorificados y exaltados por el empeño y esfuerzo con que realizaron (y se tiene que hacer un énfasis) su trabajo. Los medios de comunicación, las cámaras y los noticieros, enfocaron a bomberos (varones) trabajando en los escombros y en primera portada se ve a un hombre conmovido por la pena.

Por esta misma razón, las mujeres bomberas que se encontraban en el lugar, y que en la misma medida trabajaron, fueron dedicadas y se esforzaron en cumplir su trabajo, no fueron tomadas en cuenta, ni enaltecidas, su pena se daba por sentado, pues se da por un hecho que las mujeres ya son sentimentales y se le resta importancia. Ellas en consecuencia, tuvieron la necesidad de crear un libro hablando desde su punto de vista, cómo fue que vivieron esos días, sus emociones, sus experiencias y sus sentimientos están impresos en esas páginas para que fueran escuchadas por alguien más, y todo esto con el fin de cambiar la masculinidad con el heroísmo público, pues esto no es cuestión de géneros, sino de trabajo.

Este patrón se continúa repitiendo, pero a un nivel general con todas las mujeres del mundo, en especial con la visión que tiene occidente sobre las mujeres “diversas” comparadas con las de Europa, son estas mujeres de las que siempre se habla y critica, pero nunca se toman en cuenta, las mujeres del mundo árabe. Para utilizarlo como ejemplo, primero hay que diferenciar que no es igual una mujer árabe a una musulmana, pues uno hace referencia de su origen y la otra de su religión, si bien es cierto, la mayoría de las personas árabes practican la religión musulmana, no significa que se tenga que categorizar todas en un mismo conjunto.

El Partido Popular de España, quiere prohibir el uso del velo, también conocido como burka, niqab o hijab, sus razones son que consideran el velo como discriminatorio, lesivo y contrario a la dignidad de la mujer, y quiere que se apruebe una ley para su prohibición.

Muchos están a favor y otros en contra, pero las voces que menos se escuchan dando su opinión acerca de algo que les pertenece son las mismas mujeres que utilizan el velo, se les quita su voz, su derecho de decidir sobre su libertad y costumbres, pero esto no solo pasa en la esfera pública, sino que pasa también en la esfera privada, en sus hogares también son oprimidas y su voz vuelve a ser silenciada.

Si realmente los hombres en el poder quisieran hacer un cambio, lo primero que se tiene que hacer es escuchar lo que tienen que decir, y luego actuar de una manera en que se combata el problema de raíz y no jugar con los extremos, y esto no solo involucra a las mujeres que utilizan el velo, sino también a las que se maquillan, usan faldas cortas, tacones, y otras que no lucen “muy femeninas”, es decir, engloba a todas las mujeres indiferente de donde su origen, etnia, situación socioeconómica, entre otros factores.

Porque que se tome en consideración a las mujeres o que estén presentes en un contexto político, no quiere decir que se está luchando realmente por su causa, los hombres en el poder deciden desde su perspectiva qué es lo mejor para las mujeres, pero a su vez quitan el poder de que éstas elijan qué es lo mejor para ellas.

Es exactamente esto lo que el ojo anti geopolítico quiere que se vea, desde una perspectiva diferente y fuera del cuadrado que siempre nos han planteado que es la geopolítica, una “reterritorialización” que proteja los cuerpos de las mujeres, no como portadores de sexualidad sino de valores, tanto a nivel público como privado, no como víctimas que han de ser protegidas por las fuerzas de paz internacional.

La geopolítica, hablando de su arquitectura, la reducen a una forma masculina de razonamiento, y su visión es limitante, se necesita buscar el lugar y momento preciso donde ocurre el problema, en donde todos en conjunto puedan unirse a esta causa.

Es vital pensar en las bases del discurso político, pero en la práctica, en donde se une la representación internacional a la geografía de la vida cotidiana, para así entender cómo las prácticas mundanas se reproducen y lograr reconocer la interconectividad de las formas de violencia.

El objetivo principal de los estudios feministas es originar un conjunto de teorías y prácticas, con fuerza, voluntad y decisión capaz para cumplir con importantes cambios en la estructura, epistemológica, la forma en la que se estudia la política internacional y para replantear a fondo las formas violentas en las que la política global sigue inmersa, esta no se puede impulsar mientras se sigan utilizando los mismos mecanismos que hasta estos momentos han fallado y no han demostrado mayor efectividad en darle un giro efectivo a la forma de dirigir los destinos del mundo.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

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