Hay que dejar sentado antes de seguir con el presente comentario de que el Organismo de Investigación Judicial (O.I.J.), la Policía del Ministerio de Seguridad Pública, la del Tránsito y; las de las Municipalidades cumplen a cabalidad su cometido, lo mismo puede afirmarse del Departamento de Migración; falta la Policía Turística, que a nuestro ver; debería tener unas comisarías o delegaciones, debidamente acondicionadas y por ende permanentes en los aeropuertos, los puertos, las estaciones de los ferrocarriles y las terminales de los buses, con el fin de prevenir y evitar los robos de los equipajes y de todos los abusos posibles a los cuales son sometidos y víctimas los turistas, incluyendo a los nacionales, amén de los últimos homicidios de unas turistas extranjeras.
Por supuesto de que no es posible la permanencia de un policía en cada hotel, no obstante es factible unas rondas de ellos con cierta continuidad por los lugares de interés turístico alejados del País. Más de alguien nos contestaría de que es muy fácil proponer unas medidas en el papel sin tomar en cuenta un respaldo económico, para su realización; a tal propósito tenemos que recordar la eliminación del impuesto de turismo diario, sobre las tarifas de las habitaciones alquiladas en todos los hoteles del 3%, una millonada comparada al eliminar este y poner el 15% sobre los boletos aéreos, a nadie le quepa la menor duda, de que la cantidad de la recaudación del nuevo impuesto no llega ni cerca a la del 3% que se recaudaba anteriormente. Un cálculo que careció de una lógica aritmética elemental, pese a eso, el I.C.T. tiene un presupuesto apto para para la sugerencia en ciernes, además de una necesaria y oportuna cooperación de los hoteles y las empresas del ramo.
Nos enteramos de una campaña próxima del I.C.T. inherente a la prevención de las agresiones a los turistas, por supuesto algo loable, sin embargo no sería posible compararla a unos puestos fijos de vigilancia de cemento y ladrillos.
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