El discurso político costarricense, tanto para nacionales como extranjeros, ha cambiado en los últimos años, orientándose más hacia la mercantilización de la fe, como herramienta disuasoria y mecanismo de control de un Estado Social de Derecho y tradicionalmente confesional.
Donde el bipartidismo de viejo cuño, no tiene nada que ver con lo que se vende hoy como “social democracia o social cristianismo” que para los efectos prácticos son la misma cosa y los responsables de alimentar al “fanatismo religioso” con migajas y no de pan, durante las dos últimas administraciones de gobierno.
Las cuales, fueron suficientes para despertar la codicia y el “business” que nos tiene haciendo el ridículo alrededor del Mundo y exponiendo a Costa Rica en muchas lenguas, pero no precisamente por hablar a través del “espíritu santo” o, ser mediadores del mismo, sino por la ignorancia y discurso vacío que cobija a determinados colectivos que se hace llamar político-religiosos.
Prostituyendo lo que alguna vez fue conocido como el ejercicio de la política costarricense, mediante la “democracia participativa”, que ahora se ha transformado en la mercantilización de la fe o demagogia religiosa, dando atolillo con el dedo a la gente más necesitada, pero de ayuda social, no de “consuelo espiritual”. Porque incrementar la ignorancia es sumamente fácil a través del fanatismo religioso, contrario a reducir los índices de pobreza en la Suiza Centroamericana.
Que después de la Guerra del 48, y la creación de la Segunda República, cayó en desgracia debido a un “estado de bienestar”, más que ilusorio y muy bien mercadeado por parte de los nuevos administradores de Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana. Quienes se dedicaron a hacer “lobby” alrededor del Mundo. Y que ahora son juez y parte, en toda ésta “Orquesta” que ojala fuera de “lenguas Bribri o Cabécar” para reivindicar a la Costa Rica multiétnica y pluricultural y a los derechos de las minorías, en lugar del desastre y ridículo en el que se encuentra hoy sumidad ésta Nación, católica, apostólica y romana.
Así que este artículo, se lo dedico a aquellos que están detrás del “Trono” y se les cayó la “Corona” por estar dándole “Opio” de mala calidad, a una parte del pueblo mercantilista qué ahora, alucina con llegar a Casa Presidencial para comerse una parte del pastel llamado Costa Rica.
Y que no se han dado cuenta que existe una “fuerza superior” que no es precisamente Dios, la que controla los dados para éstas próximas elecciones presidenciales en esta pequeña Nación, desde hace décadas. La cual, tiene dueño o tal vez varios, “in crescendo cada cuatro años…”
Por lo tanto, más allá de ser piezas de un ajedrez muy bien jugado y donde arrebatarán el tablero a aquellos que se ilusionan con el escaño presidencial éste cuatro de febrero; será muy interesante analizar la lectura que harán, los ojos del Mundo económico y político en cuanto al despliegue de lo que aquí se hace llamar “Democracia Participativa”, la “más antigua y estable de América Latina”.
Ya que para finalizar, el voto protesta hacia el PAC y los demás partidos tradicionales, especialmente orientados en contra del “Arismo” que no representa a la “Social Democracia” con la que crecieron muchos. Como nos hemos podido percatar los hijos y nietos de ex combatientes del 48, debería de convocar a un diálogo o pacto de no agresión, entre los que forjaron la Segunda República, como aconteció allá en Ochomogo, cuando José Figueres Ferrer, Rafael Ángel Calderón Guardia y Manuel Mora Valverde, junto con Víctor Manuel Sanabria Martínez, se vieron en la necesidad de ponerse de acuerdo, para que no corriera más sangre al rio, sin hacer un llamado al populismo de corte ideológico.
Debido a que como se dice de forma coloquial, “poderoso caballero es don dinero”. Y al paso que vamos, éste se ira de las Arcas del Estado pero no precisamente hacia las de Noé, sino más bien, en busca de otros lares, donde no se hable en lenguas extrañas o muertas, que no tienen traducción dentro de la política y economía de ésta Nación…
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