Los esfuerzos estatales para consolidar una institución encargada de promover desarrollo en los territorios rurales y costeros del país, se remontan al año 1974 con la creación del antiguo Instituto de Tierras y Colonización (ITCO) que unos años más tarde se convirtió en el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) y posteriormente en el año 2012 se transforma en el Instituto de Desarrollo Rural (INDER). Esta última transformación consolidó una institución con un amplio marco jurídico-administrativo para incidir directamente en las diferentes dimensiones que conforman el desarrollo social y económico de un territorio.
La Innovación es un motor clave para dinamizar el desarrollo de los territorios dado que permite promover rápidos procesos de mejora en productividad agropecuaria, aplicando diversas tecnologías de automatización, lo que genera un aumento sustantivo en los rendimientos por hectárea, con un amplio beneficio en la estructura de costos de los pequeños campesinos agrícolas. La innovación diversifica la actividad económica, encadenando industrias y sectores productivos diversos en un mismo territorio, existen amplios casos de éxito entre la producción agropecuaria, el turismo y hasta el sector salud que permiten abrir mercados más amplios y de mayor poder adquisitivo. Los procesos de innovación tecnológica en la actividad productiva promueven ambientes sostenibles y amigables con el ambiente, con una sólida sostenibilidad en el largo plazo.
Es muy importante destacar una serie de iniciativas que está desarrollando el INDER, comprometido con promover modelos de desarrollo que incorporan altos competentes de innovación en los territorios más vulnerables del país. Entre los que se destacan la dotación de 18 drones de alta tecnología a organizaciones productivas, que en compañía de un asesoramiento Técnico del Ministerio de Agricultura, se emplearan para aumentar la productividad de cientos de familias dedicadas a cultivos de caña, café, cítricos, granos, pastizales, entre otros.
En el sector de pesca rural, el INDER ha promovido junto con otras instituciones como el IMAS y el Sistema Banca para el Desarrollo, la construcción de 3 restaurantes flotantes con granjas marinas, ubicados en el Golfo de Nicoya. Un pescador artesanal que mayoritariamente tiene un ingreso familiar inferior al salario mínimo, ahora puede involucrarse en una actividad productiva que integra la pesca, la maricultura, la gastronomía y el turismo. Son proyectos con un alto componente de innovación en manos de las poblaciones más vulnerables del país, que están cambiando a pasos agigantados la calidad de vida de las personas en el Golfo de Nicoya, sus comunidades pesqueras y sus islas.
Con el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones, el INDER está desarrollando un proyecto para construir más de 10 de laboratorios de innovación comunitaria, en territorios indígenas, rurales y costeros. Estos laboratorios permitirán que toda la población de esas comunidades tenga acceso a capacitaciones técnicas y prácticas en el uso y manejo de componentes de alta tecnología como robótica, impresión 3D, ciberseguridad, bilingüismo, entre otras.
Por muchos años, las instituciones públicas se han resistido a desarrollar proyectos con altos componentes de innovación en sus planes de acción ordinarios. Romper paradigmas en la gestión pública es crucial porque permite mejorar la eficiencia, efectividad y capacidad de respuesta del sector público ante los desafíos cambiantes de la sociedad. La sociedad y la tecnología evolucionan constantemente, las problemáticas sociales requieren enfoques innovadores para construir verdaderos casos de éxito que puedan transformar la realidad de vida de las comunidades más vulnerables de nuestro país.
Vivimos en país hermoso, lleno de territorios extraordinarios, tenemos los elementos necesarios para promover desarrollo, solo requerimos, en este tiempo, alinear y enfocar el esfuerzo institucional en construir esas soluciones que tanto se necesitan, con creatividad e innovación, a la mayor brevedad posible.