La digestibilidad de los pastos 

En la literatura encontramos los diferentes datos sobre la digestibilidad de los pastos. Una definición podría ser la digestibilidad aparente de un pasto expresa la proporción en que se encuentran los nutrientes digestibles y su utilización con respecto al total del alimento ingerido por el animal. Una digestibilidad del 65% en un forraje es indicativo de un buen valor nutritivo y permite un consumo adecuado de energía en la mayoría de los animales. Pero esto no es totalmente cierto ya que, de acuerdo, al piso térmico, existe una variabilidad grande entre las especies que pueden cultivarse para una misma región con pisos térmicos variados. En todos ellos los porcentajes de digestibilidad varían más respecto al tiempo de corte o pastoreo; ya sea por una característica específica de el pasto. Igualmente, las características nutricionales de cada uno son bastante diferente. Un kikuyo en Coronado, Costa Rica a los 45 días suministra un 12% de proteína, con una alta digestibilidad, pero este mismo a los 60 días, su proteína es menos del 10%, pero sube el porcentaje de fibra digerible. Así las cosas, debe tenerse en cuenta las necesidades de los hatos que tenemos en las diferentes fincas, para determinar el momento más adecuado del pastoreo. La lechería especializada necesita pasturas muy tiernas, con un alto porcentaje de proteína, altos niveles de carbohidratos simples y poca fibra. Pero, ganado de engorde en San Carlos o Guanacaste necesitan pastos más maduros, con mayor balance de carbohidratos respecto a la proteína. Cada pasto tiene un tiempo máximo, para un mejor aprovechamiento.