Frecuentemente nos quejamos de quienes nos gobiernan y criticamos duramente a quienes aspiran a gobernarnos.
Es doloroso constatar que muchos nos han decepcionado y no cumplieron sus deberes cívicos de servicio al pueblo para el cual los elegimos, pero también debemos reconocer que solo el hecho de participar en un proceso de elección y poner su nombre bajo el escrutinio público es admirable. Hay demasiada envidia y mezquindades que se anteponen al debate de ideas y programas, pero así funciona nuestro sistema y a veces es muy injusto.
Admiro a quienes participan en política, porque lo he hecho y créanme que no es de “soplar y hacer botellas”.
Quienes se han animado, saben que desde el momento mismo en el que inician esa aventura pasan a ser sospechosos, hasta que demuestren su inocencia, al revés de lo que predica el principio de inocencia.
La participación política no es sencilla, basta con analizar las barbaridades e injusticias que casi siempre se dicen de quienes aspiran a un puesto o ejercen algún cargo de elección popular o por designación del gobierno.
Es muy fácil quejarse y criticar, pero no es nada sencillo asumir responsabilidades y construir los sueños de todos.
Por eso es que quienes cómodamente se quejan y no hacen el mínimo sacrificio para construir patria, son los verdaderos responsables de muchas de las debilidades del sistema.
Mientras la indiferencia siga prevaleciendo en gran parte de los costarricenses, es muy difícil que las cosas mejoren, por ello si queremos que nuestro país siga en la ruta del progreso y el desarrollo con justicia social, debemos informarnos bien y apuntarnos a participar y vivir la democracia. Si no sometimos nuestro nombre a escrutinio público, debemos respetar a quienes sí lo están intentando y debemos escoger a los mejores para garantizarnos la responsabilidad, la capacidad y la honestidad de las personas a quienes le vamos a dar la confianza para dirigir la cosa pública y administrar con transparencia el erario.
Por eso, quiero agradecer a quienes hacen grande a este país. Agradecerle a quienes se han animado a proponer sus nombres para un cargo de elección popular; a quienes asumen su responsabilidad, a quienes se exponen y dan la cara, soportan insultos e intentan con mil sacrificios ganarse la confianza de los demás y asumir la responsabilidad de todos. Informarnos bien es la mejor manera de evitar que personas no aptas, accedan a puestos de poder y luego desvirtúen el mandato popular de servir a la sociedad costarricense.
El ejercicio responsable de nuestra democracia va más allá de emitir el voto, es nuestro deber ciudadano participar activamente, asumir responsabilidades y si no se asumen directamente, al menos informarnos con seriedad y no hacer el juego a quienes con mentiras y fanatismo tratan de manipularnos.
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