El 31 de agosto de 2024 marca un hito en la historia de Costa Rica: se conmemoran 500 años del régimen municipal costarricense.
¿Por qué es tan relevante esta fecha?
Para responder, es necesario remontarnos al año 1524, cuando, en el contexto de la conquista española, Francisco Fernández de Córdoba fundó la ciudad de Villa de Bruselas en Tárcoles. Con esa fundación, nació también el primer cabildo o ayuntamiento, lo que hoy conocemos como la municipalidad.
Desde entonces, el régimen municipal ha perdurado como una de las pocas instituciones que sobreviven de la época colonial en Costa Rica. La familia municipalista nacional celebra con orgullo estos 500 años de continuidad ininterrumpida, destacando el papel crucial que ha desempeñado el régimen municipal en la historia política y social del país.
A lo largo de América Latina, la municipalidad ha sido conocida bajo distintos nombres: municipio, ayuntamiento o cabildo. Sin embargo, su esencia como una institución política clave, heredada de la colonia española, permanece inalterada.
Uno de los momentos más significativos en estos 500 años ocurrió el 07 de agosto de 1820. Por primera vez en la historia de Costa Rica, se celebraron elecciones en cabildos abiertos en todos los municipios para elegir a las autoridades locales.
Este hecho marcó el inicio de un proceso democrático que, aunque incipiente, fue fundamental para el desarrollo político del país.
En ese entonces, Costa Rica todavía dependía de la corona española. Sin embargo, España ya estaba influenciada por las reformas borbónicas tras la invasión francesa liderada por José Bonaparte en 1808.
Los Borbones sostenían que la soberanía residía en la nación, lo que permitió una mayor apertura democrática. Este contexto propició la convocatoria de las Cortes de Cádiz en 1812, un evento de gran importancia que fue presidido en su momento por el costarricense Pbro. Florencio del Castillo.
Las Cortes de Cádiz marcaron un antes y un después en el camino hacia la democracia. En 1820, un año antes de la independencia, se permitió por primera vez que los habitantes de Costa Rica eligieran a sus gobernantes en un cabildo. Este evento puede considerarse la semilla de la democracia costarricense, que germinó bajo el amparo del régimen municipal.
El 07 de agosto de 1820, la ciudadanía costarricense dejó de ser súbdita del Rey de España y ejerció, por primera vez, su derecho a elegir a las autoridades locales.
Aunque en ese momento el país no estaba dividido en cantones ni distritos, sino en villas, el régimen municipal desempeñó un papel crucial en la génesis del Estado costarricense.
A lo largo del siglo XIX, las municipalidades asumieron un rol fundamental en la educación y la salubridad pública.
Aunque muchas de estas funciones se han trasladado a otras instituciones con el paso del tiempo, el régimen municipal sigue siendo esencial para el bienestar de las comunidades locales. Me enorgullece formar parte de esta tradición.
Hoy, más que nunca, debemos sentirnos orgullosos de pertenecer al régimen municipalista costarricense, que cumple 500 años de existencia. Esta institución ha sido clave para el desarrollo del país y para la resolución de los problemas de las comunidades locales.
En repetidas ocasiones hemos subrayado que, en muchos casos, la elección del alcalde de un cantón es casi más importante que la elección del presidente de la República para el ciudadano común. Los problemas más cercanos que enfrentamos a diario suelen ser resueltos por el gobierno local, no por la administración central.
