El proceso interno del PUSC debe ser totalmente diferente al de otros partidos y apostar por el consenso

» Por María Isabel Llamas Echeverría - Asambleísta Nacional y Presidenta del Concejo Municipal de Desamparados

El Partido Unidad Social Cristiana enfrenta un momento decisivo, marcado por el inminente proceso interno que pondrá en competencia a figuras como Leslye Bojorges y Juan Carlos Hidalgo. En este contexto, la nación requiere una opción que no solo capture el imaginario del costarricense, sino que también sea una respuesta coherente y madura a las demandas del país. La política, hoy más que nunca, no puede ser espacio para el populismo ni la superficialidad.

Es esencial que el diálogo entre los candidatos se mantenga en un tono constructivo. La política no puede ser un campo de ataques personales o una plataforma para propuestas carentes de fundamento. Debemos apelar a una confrontación de ideas basada en la profundidad y en la viabilidad de sus propuestas. No se trata simplemente de ganar una contienda, sino de ofrecer una visión que esté alineada con el bienestar de Costa Rica.

En este sentido, reanimar la inversión social debe ser una prioridad, pero sin caer en el error de descuidar la estabilidad económica. La protección social y el crecimiento económico no son conceptos opuestos. Al contrario, son pilares que deben sostenerse mutuamente. La experiencia europea nos enseña que es posible avanzar en ambos frentes cuando se construyen alianzas, se promueve el diálogo, y se sitúan las personas en el centro de las decisiones políticas.

Este proceso interno debe ser una oportunidad para mostrar que el Partido Unidad Social Cristiana está listo para liderar un proyecto sensato, responsable y basado en el diálogo. No se puede seguir alimentando la polarización; es tiempo de que el costarricense mire hacia el centro político, donde la sensatez y el compromiso con la estabilidad y el bienestar a largo plazo prevalezcan sobre las promesas vacías y los atajos populistas.

Leslye Bojorges y Juan Carlos Hidalgo tienen la responsabilidad de mostrar al país que la política aún puede ser un espacio de esperanza. Costa Rica necesita un proyecto político que inspire confianza y que tenga el coraje de abordar los problemas con soluciones integrales, sigo incluso con la ilusión de que puedan consensuar su proyecto y evitarle a la dirigencia un proceso poco productivo y desgastante . Este es el momento de construir un futuro que integre lo social y lo económico en una visión común de prosperidad compartida.

Invito a los costarricenses a estar atentos a este proceso con una mente abierta, dispuestos a escuchar y a construir juntos el país que merecemos. Dejemos de lado las divisiones y avancemos hacia un diálogo que nos lleve, no solo al centro político, sino al corazón de una Costa Rica más justa y solidaria.

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