Gracias a Dios podemos seguir contando con el plan A de los milagros y con el plan C de las redes sociales, con la participación activa de cada vez de más y más costarricenses por medio de todas las redes sociales, en vista de la persistente ausencia del plan B como plan de gobierno de los últimos gobiernos de turno. Para eso es un cambio de gobierno. Pero es que el nuevo gobierno no es solo el nuevo presidente. Todos los partidos presentes en la Asamblea Legislativa son parte también del nuevo gobierno. Y todos deberían estar trabajando de acuerdo con sus planes de gobierno propios, esos que le aprobó previamente el Tribunal Superior de Elecciones como requisito para poder participar en las elecciones presidenciales nacionales.
Como se dice en el beisbol, por lo menos este proyecto del nuevo referendo llegó a la primera base, tanto de la Asamblea Legislativa como del Tribunal Supremo de Elecciones, y esta vez, siguiendo los procedimientos legales correspondientes de nuestras leyes, defectuosas leyes, pero esas son las leyes que producen nuestros sencillos y humildes diputados con sus asesores incluidos.
Por eso no debe extrañarnos que dentro del plan A de los milagros, el milagro que resulte sea, que este proyecto se quede en la primera base y ni siquiera pueda avanzar ni a la segunda base. Pero es que este segundo referendo, de entrada, ni siquiera tiene sentido porque lo que pretende es cambiar las disposiciones de acatamiento obligatorio de la Contraloría General de la República por recomendaciones y sugerencias que ya sabemos que nadie hace caso, como las funciones de la Defensoría de los habitantes, de la cual aún no sabemos de que nos ha defendido o de que, de quien o cuando y como nos va a defender si solo puede hacer recomendaciones y sugerencias que nadie les hace caso. Precisamente por el despropósito de este referendo, la Asamblea legalmente debe votarlo negativamente con lo que ni siquiera llegaría al Tribunal Supremo de Elecciones. Y este, aunque ya lo recibió también por la otra vía legal de un ciudadano, no puede avanzar legalmente con ese despropósito de eliminar las disposiciones de acatamiento obligatorio de la Contraloría General de la República.
No puede ser que ahora se pretenda hacer un referendo para preguntarle a los ciudadanos si queremos o no queremos una Contraloría General de la República. Por el contrario, más bien, necesitamos por fin, eficiencia en los 3 poderes de la República. La gran mayoría de los problemas de Costa Rica se resolverían muy fácilmente si todas las auditorías internas, contralorías y demás instituciones de control de gasto público, por fin comprendieran que su trabajo es muy importante y necesario para nuestro país, aunque sus salarios y privilegios sean pagados por cada institución pública, su deber inicial y final es por Costa Rica, porque de lo contrario, nunca van a alcanzar ni todos los impuestos ni la enorme e inmanejable deuda pública para cubrir tantas y tantas fallas en el control de los gastos. Con más eficiencia no se perderían miles de millones de las bóvedas de un banco nacional. Con más eficiencia no habría tanta facilidad para evadir los controles en las adjudicaciones de tantas licitaciones públicas. Con más eficiencia los expedientes judiciales no estarían compitiendo en tardanza, con las listas de espera de la CCSS, etc, etc, etc.
A los costarricenses nos está funcionando mejor la opción de las redes sociales. Recordemos que para estas últimas elecciones presidenciales la votación de los costarricenses significó entre otras cosas, la extinción de varios partidos políticos como el PAC y el PASE, principalmente. También hemos conseguido variantes favorables para la no reelección de diputados y alcaldes, después de años y años permitiendo ver a los mismos partidos y políticos de siempre, como diputados y alcaldes repitentes. Pero en el TSE tienen que haber más y mejores ideas porque no podemos seguir con estos vergonzosos niveles de abstencionismo. También para las últimas elecciones municipales la votación de los costarricenses significó la pérdida de la mitad de las alcaldías para un partido y, el crecimiento exponencial en la obtención de alcaldías para otros partidos.
Fue un éxito la Segunda República. Tanto así que nos ha sobrevivido hasta la fecha, a pesar de todas las deficientes, mal redactadas y peor interpretadas leyes que han creado los siguientes gobiernos de turno desde esa época. Ya sabemos que nuestra Asamblea Legislativa es nuestra fábrica de hacer, quitar y modificar leyes. Pero necesitamos hacer un alto en el camino. Continuar creando más leyes o mejorar las existentes?, sobre todo ahora, las leyes relativas a drogas, carteles, homicidios, sicarios y similares. No parece que haya funcionado eso de estar creando nuevas leyes, en todas las actividades sociales y económicas habidas y por haber, con nuestros sencillos diputados. Pareciera más práctico, más fácil y más barato, previa la experiencia acumulada, solo modificar, corregir o adicionar lo necesario, a las leyes vigentes. Inclusive, como hace la empresa privada, hasta deberíamos tercerizar este servicio de crear , quitar y modificar leyes. Crear nuevas leyes es muy complicado y demasiado delicado y, ya sabemos también que nuestros 57 diputados de cada gobierno de turno y sus equipos de asesores, no son ni han sido necesariamente los costarricenses más idóneos.
Para nosotros los votantes, qué maravilla la internet y todas las redes sociales actuales para enterarnos de inmediato de todo lo que hacen y no hacen los gobiernos de turno. Antes había que depender de periódicos y noticieros apenas para medio enterarse, semanas, meses y años después, de lo que ya se había hecho y que de por sí, ya nada podíamos hacer. También es muy importante la participación cada vez, de más y más costarricenses por medio de todas las redes sociales, ahora que están de moda, para ayudar finalmente a conseguir por fin, una Costa Rica bien administrada o bien gobernada. Usando el término que sea. De suerte que ahora con la existencia de las redes sociales, todos los costarricenses podemos participar de este cuarto poder ampliado de las democracias, para que más pronto que tarde, todos los costarricenses tengamos más y mejores beneficios, de esta nuestra democracia del pura vida.
Pero para los partidos y para los candidatos, ahora es más complicado presentar y someter su hoja de vida para el escrutinio de los votantes. Tanto es así, que para las elecciones anteriores para el tercer año del gobierno de turno, como estamos a hoy, ya habían partidos y hasta candidatos proponiendo sus nombres. Claro que como país, tenemos aún algunos defectos importantes, pero, en ausencia desde hace muchos años, de partidos políticos permanentemente organizados y en ausencia también de políticos ejemplares, contamos ahora con la participación activa de cada vez más y más costarricenses por medio de todas las redes sociales.