El pacto patriarcal

» Por Esteban Beltrán Ulate - Educador

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El Pacto Patriarcal se concibe como una alianza conde existe una complicidad verbalizada y mediada por el silencio, en la que la masculinidad hegemónica se afirma y se consolida dentro de un esquema de prácticas y discursos. La masculinidad hegemónica viene a ser esta forma típica de comprender al hombre como sexo fuerte, que por su condición biológica esta en una condición de superioridad ante la mujer y las demás especies.

El pacto patriarcal se descubre en diferentes sociedades, en distintos momentos históricos, pero con un particular tinte en la modernidad, donde adquiere un carácter exacerbado, dicha condición se comprende como machismo. De modo que, dentro del sistema patriarcal, el machismo se evidencia como la manifestación más violenta, radicalmente violenta.

Las mujeres a lo largo de la historia han construido una ruta de emancipación, desencadenando en una serie de movimientos sociales comprendidos como feminismos, con múltiples fuentes y variantes, en las que principalmente atienden a la toma de conciencia y la afirmación de sus derechos humanos.

Los hombres, a partir de una toma de conciencia del fenómeno histórico de asimetría entre hombres y mujeres, descubren un llamado a quebrantar los estereotipos que son el cimiento del pacto patriarcal. La masculinidad, como construcción social, debe transmutar de los rasgos hegemónicos que afirman la dimensión machista para alcanzar una dimensión postpatriarcal, también llamada nuevas masculinidades.

Las nuevas masculinidades abandonan un rol de dominación, mas bien, asumen un papel de co-cuidadores, de co-administradores, de cooperación. Las nuevas masculinidades deben crecer con esperanza, aún en medio de la cizaña machista; la mejor manera de alcanzar una nueva época postpatriarcal, se alcanzará por medio de la liberación de la autosupresión de sentimientos y emociones, así como por medio de la abdicación de la muestra de fuerza como rasgo de virilidad, luchando constantemente frente al lenguaje que sostiene simbólicamente el patriarcado, así como, creando mecanismos reales y puntuales para la prevención, censura, y castigo, ante las prácticas de acoso sexual.

Los hombres podemos ser educados y re-educados, podemos superar los estereotipos, alcanzar una superación de la masculinidad hegemónica. Las nuevas masculinidades son la herramienta para construir un mundo donde la co-responsabilidad en el rol de los cuidados sea el pan de cada día, este camino para la equidad e igualdad implica propiciar métodos cada vez más justos para un ejercicio democrático pleno de hombres y mujeres.

El pacto patriarcal debe ser quebrantado todos los días, en cada momento.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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