Mucho se habla de la importancia de la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Incluso es un tema muy común en las campañas políticas, sobre todo en aquellos discursos que pretender dar voz a quienes no se sienten representados. Más aún, en algunos casos lo que se disfraza como “voluntad ciudadana” esconde realmente deseos de una minoría, o peor aún, deseos personales motivados por compromisos políticos. La realidad de nuestro país no se escapa de ello. No son muchos los proyectos que pueden dar fe de haber nacido en el corazón de una comunidad y que gracias al esfuerzo interinstitucional y de los representantes locales pueden constituirse como un verdadero logro ciudadano, y para ilustrarlo, la construcción del nuevo EBAIS del distrito de Turrúcares, en el cantón de Alajuela, es un buen ejemplo.
Con una población cercana a los 9 mil habitantes, las organizaciones comunales del distrito número 11 de Alajuela definieron en el año 2013, a raíz de una orden de desalojo por parte del Ministerio de Salud, la urgente necesidad de contar con un centro de salud con infraestructura de calidad, de modo que se le diese la atención que sus habitantes requiriesen en condiciones óptimas. Ponerse de acuerdo no fue difícil, ya que al ser un servicio esencial, la priorización de esta infraestructura sobre otras como parque infantiles, seguridad o educativas era fundamental para el desarrollo de la comunidad. Es así como ese mismo año se acercaron a la Municipalidad de Alajuela con el fin de exponer su caso a las autoridades locales y conocer acerca de la posibilidad de que, para iniciar con su proyecto de construcción, se adquiriera un terreno con las condiciones técnicas necesarias para alojar el nuevo EBAIS. Afortunadamente, su petición fue escuchada y ese mismo año se logró un aporte municipal de 40 millones de colones para la compra de una propiedad de 900 m2.
Posteriormente, ya con el terreno disponible, y a través del programa de Presupuestación Pública Participativa de la Municipalidad de Alajuela, el cual asigna anualmente decenas de millones de colones a cada distrito para que sean las organizaciones comunales quienes decidan el destino de dichos recursos, con el liderazgo de los Concejos de Distrito y la fiscalización de la Oficina de Participación Ciudadana del municipio, se logró disponer de la totalidad de los recursos asignados dentro de este programa al distrito de Turrúcares para el año 2017 como una primera partida para el EBAIS. Un año más tarde, los representantes de la comunidad mantuvieron la misma prioridad, por lo cual nuevamente se asignó el monto total del programa correspondiente a este distrito, siendo para ese momento un acumulado cercano a los 215 millones de colones. Sin embargo, gracias a la disposición evidenciada por la comunidad para lograr la construcción de su Centro de Salud, la Administración Municipal optó por doblar el presupuesto del año 2018, con lo cual se contó, en cuestión de 2 años, con 337 millones para construir, bajo la dirección de la Oficina de Diseño y Gestión de Proyectos de la Municipalidad de Alajuela, el nuevo EBAIS tipo 2 de Turrúcares de Alajuela, misma que inició en octubre de 2018.
Hoy el EBAIS es una realidad gracias a tres factores primordiales. En primer lugar, la concertación alcanzada por las organizaciones comunales turrucareñas: asociaciones de desarrollo, juntas de educación, representantes políticos, entre otros; lo cual les permitió conjuntar esfuerzos y luchar juntos, como una verdadera comunidad, por el beneficio de todos sus habitantes, dando de este modo una lección de trabajo solidario para el desarrollo integral del distrito. En segundo lugar, el impulso económico y profesional aportado por la Municipalidad de Alajuela desde el año 2017, institución que si bien no es la responsable de la construcción de infraestructura de salud, cumplió con el deber constitucional de velar por la plena satisfacción de las necesidades de sus ciudadanos en todos los ámbitos. Finalmente, la sinergia entre comunidad y Gobierno Local para caminar juntos hacia un solo objetivo hasta alcanzarlo, poniendo en la práctica los principios fundamentales de los proyectos de base participativa: igualdad de oportunidades (para todos los miembros de la comunidad, sin distinciones), corresponsabilidad (entre la población, organizaciones, Gobierno Local e instituciones públicas y privadas), solidaridad (para asumir los intereses de los demás como propios), tolerancia (reconocimiento y respeto hacia la opinión de los demás), y transparencia (para que toda la comunidad esté enterada sobre cómo se retribuyen los recursos que aportan al municipio).
Este tipo de esfuerzos con resultados plausibles demuestran la realidad de lo que puede lograrse a través de la concertación ciudadana, la participación de todos los miembros de la sociedad civil y el apoyo decidido y desinteresado de las instituciones públicas y privadas. Lejos de marcar diferencias, es necesario que las comunidades trabajen en encontrar los temas que los aquejan y procuren soluciones reales para cada uno de ellos; que se olviden de revanchismos, enemistades y rivalidades políticas; pero principalmente, que el ejemplo de Turrúcares constituya un desafío para los representantes de la ciudadanía y que se replique en todos los cantones, porque nuestro país se construye entre todos.
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