El liderazgo de servicio

» Por Ing. Agr. Melvyn G. Alvarado Soto - Máster en Mercadeo, máster Comercio Internacional y exprofesor universitario.

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Servir con autenticidad y desinterés

El liderazgo de servicio comienza con el deseo natural de querer ayudar, ayudar en primer lugar. Luego, por una elección consciente, se buscará liderar.

Como bien lo anota Robert K. Greenleaf el liderazgo de servicio es un enfoque de liderazgo en el que ayudar a los demás está por encima de todas las demás prioridades. En lugar de gestionar para obtener resultados, un líder de servicio se centra en crear un entorno en el que las personas puedan prosperar y realizar un trabajo en bien de los demás.

Un líder que prioriza el servicio cede la mayor parte de su autoridad y pone a  los demás  en primer lugar. Es un tipo de liderazgo desinteresado que se centra en el crecimiento a largo plazo.

Aunque las palabras “líder” y “servicio” pueden parecer paradójicas, los líderes que ayudan al crecimiento, ofreciendo un sentido de propósito y presentando una visión clara.

El servicio desinteresado es aquel que se realiza sin ninguna expectativa de resultado o premio a la persona que lo realiza. Es una virtud que se aprende en nuestros hogares, de la mano de los padres. No es de la noche de la mañana que surge, es una actitud que florece en nuestras etapas iniciales, que tiene que ver con la vida y los demás.

No hay mayor deleite espiritual cuando se tiene la oportunidad de servir en una circunstancia que demande el tender una mano franca y sincera a alguien que solo requiera un pequeño detalle para salir adelante.

La vida nos ofrece múltiples oportunidades para servir y ser servido. Si hiciéramos un repaso mental a lo largo de nuestra existencia, quizás son más aquellas en las que hemos sido servidos, por lo que estaríamos en deuda en este accionar.

El liderazgo comunitario, es el más cercano al de servicio, dado que en su gran mayoría es una actividad no remunerada. Significa, entonces que las personas no reciben ningún tipo de beneficio económico por las actividades que realizan en pro de la comunidad en la que trabajan. Además, el tiempo que dedican a esto, es tiempo en el que dejan de realizar una actividad económica y/o familiar. Esto evidencia el compromiso de estas personas con su comunidad; y que la actividad que realizan es derivada del amor, la entrega y el convencimiento que tienen por el trabajo comunitario.

Los líderes al servicio de los demás son fundamentales para crear comunidades y organizaciones más solidarias, inclusivas y efectivas. Esta visión de liderazgo, conocida como “liderazgo de servicio”, se centra en anteponer las necesidades de los demás, promoviendo el bienestar colectivo antes que el beneficio personal.

El servicio hacia los demás no es una pose política, no es una conveniencia , es autenticidad plena , que brota de lo más profundo de nuestros corazones y se realiza de manera desinteresada. Son claves para construir sociedades más humanas, éticas y cohesionadas, basadas en la empatía, la cooperación y el bienestar común.

Este mundo necesita líderes llenos de empatía, espíritu de cooperación, amor, sacrificio, compasión y tolerancia y con una alta dosis de servicio hacia los demás , no de servirse o que por conveniencia se dicen servidores.

En tiempos electorales sobran los que se dicen servidores, con mucha frecuencia posan para la foto ayudando de diferentes maneras, que manera más burda de engañar.

El político, debe ser un líder de servicio, ejemplo de vida, el líder de servicio, lidera e inspira, no vive de espaldas a los demás y comparte sus sacrificios y carencias. Porque el verdadero líder de servicio se pregunta qué puede hacer por los demás…

Ya lo decía Juan García Inza los políticos proliferan en todas las instancias. Florecen como las plantas del campo. Muchos de ellos se aprenden una jerga y se agarran a la silla con fuerza. Y uno piensa que, o es muy fácil ser político o es que muchos políticos no tienen la más remota idea de lo que se trata.

No podemos pasar por alto que algunos de los políticos, sin importar el género, no han estado a la altura de las necesidades de nuestra sociedad. También hay quienes se han esmerado por hacer bien su trabajo, los menos, por lo que merecen el más destacado reconocimiento público.

La sal de la vida es el servicio desinteresado. El pan de la vida es el amor universal. La vida no se vive ni se realiza plenamente, si no servimos ni amamos.

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