10 de marzo, 1900: Nació el Protector del Pueblo (Rafael Ángel Calderón Guardia); “ganó fama de hombre generoso y caritativo”.
Antes de él, no existía la protección social que todo ser humano requiere y merece. El Estado no se preocupaba, por ejemplo, -como corresponde y es justo- por la salud, la educación integral, la vivienda digna o tierra para el campesino, la armonía entre empresarios y trabajadores; en síntesis: Se toleraba… el dejar hacer, el deja pasar. No había respeto a la dignidad humana, no se fomentaba la justicia social, ni interesaba el bien común.
Imaginemos nuestro país sin Caja del Seguro Social, sin Universidad, sin Código de Trabajo, sin Garantías Sociales. Imaginemos a mujeres, hombres, niños y jóvenes, sin posibilidad de acceder a salud y educación universitaria, sin protección social. Reflexionemos sobre ¿cómo sería nuestro país, sin la paz social?
Paz social, cuya semilla fue sembrada por un político comprometido con el prójimo; por un gran ser humano, que creía en: “No hay quien pueda negar sus convicciones, sin negarse asimismo”, y que, consecuente con su convicción, expresó: “No podía apartar de mi mente la idea de que el dolor y la miseria de mi pueblo necesitaban un remedio, no extraído del odio de clases, ni de la violencia,… sino de una armonía que surja como fruto de un esfuerzo de perfeccionamiento de nuestras instituciones democráticas”.
Ese gran ser humano… el Doctor Calderón Guardia: presidente municipal, presidente del Congreso Constitucional, presidente de la República.
Calderón Guardia: Arquitecto de Obras Sociales… Universidad, Caja del Seguro Social, Código del Trabajo, Garantías Sociales. Constructor del Estado Social.
El Doctor, enarbolando la bandera del partido Republicano, fue electo Presidente, con el apoyo del 85% de los votos. Él es el Padre del desarrollo social… que debemos defender, promover y fortalecer; creando riqueza (entre todos) para protección de todos.
Respecto a él, se refirieron, los ex presidentes, don Otilio Ulate: “Prefiero no juzgarlo en su fecunda acción política. Reconozco por su universalidad su acción social”. Y, don José Joaquín Trejos: “estos son momentos de recordar al estadista que hizo del cariño a los demás el fundamento de una doctrina política. Estableció en Costa Rica un humanismo cristiano, fundado en la solidaridad social”.
Y, los exdiputados liberacionistas, don Francisco Morales Hernández, “Quedan sus obras en beneficio del pueblo. No hay ninguna duda de que el Doctor dio un bello ejemplo al país, con cuatro obras de gran envergadura: La Caja Costarricense del Seguro Social, la Legislación Social, la Universidad de Costa Rica y el Código de Trabajo”. Y, don Pedro Gaspar Zúñiga “Costa Rica ha perdido a su más grande reformador social. Elevo una plegaria porque el Dr. Calderón Guardia, sea acogido en el seno del Señor”. Y, don Marcial Aguiluz (exdiputado del partido Acción Socialista), declaró: “Considero que sus reformas sociales son las más grandes en Costa Rica”.
Obras, del Doctor, sustentadas en el principio cristiano de justicia social. Esas y muchas otras acciones sociales del Reformador, que también nos orienta así: “Comprendo que la obra social apenas se inicia…estoy seguro que los gobernantes, que tengan que confrontar, los graves problemas originados en la miseria de las grandes masas de la población, que pertenecen a nuestras clases trabajadoras; podrán llenar otras etapas de la ardua lucha y completar, lo que es hoy una primera piedra del gran edificio, que tendrá que construir la nacionalidad costarricense, para garantizar, si cabe decirlo, no sólo a los desheredados de la fortuna, el disfrute de sus legítimos derechos; sino también a las clases propietarias, el goce de sus bienes y de la paz social, que tanto necesitan para el mantenimiento de su riqueza y bienestar actuales”.
Don Rafael Ángel, también nos guía, en cuanto a que el país, y el gobierno (para cumplir con su responsabilidad social), requiere- “de un movimiento de colaboración en el que todos los costarricenses, como miembros de una misma familia, pongan su contingente de buena voluntad y generoso desinterés”.
Calderón, cambió el sálvese quien pueda, por: juntos salvamos la paz social.
Hoy -siempre- damos gracias… por su pensamiento, sensibilidad y realización social, que es gigantesca: Gracias por su más gigante herencia ética… por proclamar: “Se puede y debe luchar contra la injusticia”.
Ahora nos corresponde (a todos), facilitar la creación de la riqueza, para así –verdaderamente- fortalecer la justicia social, el bien común, y el pleno respeto a la dignidad humana.
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