Hace más de un año se nos anunciaba la apertura de la ruta marítima entre el puerto de Caldera y el puerto de La Libertad en El Salvador, mediante un ferry directo entre ambos puntos.
Muy probablemente el exceso de tramitomanía que siempre entorpece los avances del desarrollo, así como la pérdida del interés comercial, sean los causantes de la no apertura de esta necesaria ruta alternativa centroamericana.
Sin embargo, con los cíclicos problemas internos políticos en Nicaragua, y con los consabidos conflictos fronterizos entre los gobiernos de esa hermana nación y nuestro país, es cada vez más necesario retomar dicha conexión marítima entre Costa Rica y El Salvador.
De acuerdo con datos de PROCOMER, del año 2017, el 23% de las exportaciones costarricenses se realizaron al istmo centroamericano, bloque que representa el segundo comprador de nuestros bienes después de los Estados Unidos, al cual vendemos el 44% de nuestro parque exportador. El total de ventas de Costa Rica a Centroamérica en el 2017 fue de $2,388 millones.
Se escuchan ya las quejas de los exportadores costarricenses por los famosos cierres y bloqueos intermitentes tanto en las carreteras principales de Nicaragua, como en la distribución interna de los productos en las principales ciudades, pues el flujo comercial expedito en la región se ha tornado lento y difícil. Lo que anteriormente se realizaba en un traslado de 10 horas, ahora puede tomar entre 3 y 4 días el tránsito por el territorio nicaragüense. Esta situación está causando un alza en los costos operativos de las empresas nacionales, y eventuales pérdidas que por el momento no son cuantificables. De persistir el conflicto interno en ese hermano país por tiempo indefinido, lo cual esperamos no ocurra así, la necesidad de una ruta alterna marítima de Costa Rica a El Salvador es cada vez más apremiante. No solo el comercio en grandes furgones se ve afectado, sino también el tránsito de pequeños comerciantes, así como consultores y asesores profesionales en otro tipo de servicios y bienes menores, cuyo intercambio en la zona centroamericana es muy dinámico y bidireccional.
Instamos a la naviera originalmente interesada en establecer el ferry de esta conexión marítima, a retomar el proyecto de manera expedita, y a las autoridades correspondientes acelerar y facilitar los trámites para la rápida apertura de esta nueva ruta.
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