Por Rolando González Ulloa (*)
Este Gobierno está marcado por diferentes elementos constitutivos de su quehacer, pero de manera especial ha habido infortunio en la escogencia de algunas expresiones.
La casa de cristal nos ha ocupado año y medio de reflexiones sobre qué significa y cómo se sostiene, y ahora quien fue nombrado ministro de Comunicación le regala a Costa Rica una perla absolutamente ofensiva e inadmisible, donde dice que los costarricenses de a pie no entienden la trascendencia del multitudinario viaje a Cuba.
Probablemente el ministro de Comunicación, que ya no comunica, sino que incomunica al Gobierno cada día, debe haber sido traicionado por su inconsciente. El pueblo costarricense de a pie no entiende ese viaje; el costarricense o la costarricense de a pie no entiende cómo se gastan catorce millones de colones en esos tiquetes aéreos; el costarricense de a pie no entiende cómo se nos hace una crisis en dos fronteras por un flujo irregular de cubanos y cubanas en situación de derechos humanos dramática y pasa el tiempo, y pasa el tiempo, y no hay respuestas concretas.
El costarricense de a pie no entiende cómo la delincuencia crece y estalla en todo el territorio nacional; el costarricense de a pie no entiende cómo las y los diputados debemos acudir a la Sala Constitucional un día sí y otro también para que las jerarquías gubernamentales nos den acceso a información pública.
El costarricense de a pie no entiende cómo se mantiene obstruido el tránsito en todas las ciudades del país por la disfuncionalidad de las acciones correspondientes para mejorar el flujo vehicular. El costarricense de a pie no entiende cómo un carro que se ha hecho más viejo se valora como si fuera más nuevo. El costarricense de a pie no entiende cómo se ofreció de dotar de vivienda a miles de familias y no hay vivienda para la ciudadanía carente de recursos.
El costarricense y la costarricense de a pie no entienden cómo el Partido Acción Ciudadana fue a todo el territorio nacional a hablar de la nueva ética y de la nueva política, y no hay ética en el Gobierno, no hay ética en el PAC. El costarricense de a pie no entiende cómo se le dijo al pueblo costarricense que había un código de ética durante doce años y después resulta que era un código de ética mascarón de proa que únicamente está en la página web, porque nunca se aprobó.
El costarricense de a pie no entiende cómo ahí está consignado que cada diputado o diputada, o jerarca del Gobierno debió firmar un compromiso sobre el uso de los recursos públicos y ahora no aparecen ni las firmas ni los firmantes.
El costarricense de a pie no entiende cómo este Gobierno se comprometió a no hacer publicidad con recursos públicos, y hay instituciones como el INDER que no tienen recursos para darles a los campesinos y sí los tienen para promover un presidente ejecutivo inepto, incompetente, incapaz de atender a la ciudadanía que lo requiere, como está ocurriendo en la provincia de Limón.
El pueblo costarricense de a pie no entiende, señor ministro de Comunicación, qué está haciendo usted en ese cargo. A usted lo nombraron para ayudarle al presidente y al Gobierno a comunicarse con Costa Rica, y ha hecho el milagro máximo de convertir su cargo en la máxima contradicción del ejercicio político y gubernamental. Hoy, don Mauricio, usted, un profesional distinguido y calificado se convierte en la antítesis de la comunicación con la ciudadanía.
Tiene usted razón, el costarricense, la costarricense, la ciudadanía de a pie no entienden para qué el PAC pidió el voto, para qué el PAC llegó a gobernar si es incapaz de cumplir sus compromisos de campaña y es incapaz de respetar al pueblo de Costa Rica, que hoy ve, con profunda preocupación, cómo se piden más impuestos y la marca indefectible de las últimas acciones gubernamentales es el despilfarro.
Señor ministro, señor presidente, el costarricense de a pie no puede entender su Gobierno, porque el lenguaje de sus actos es un divorcio permanente con el corazón del pueblo costarricense.
(*) Diputado nacional de la Asamblea Legislativa.
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