¿Por qué querría alguien que los palestinos permanecieran en una zona desgarrada por la guerra cuando el mundo puede ofrecerles un salvavidas?
Imaginemos una iniciativa internacional que les dé la opción de reubicarse temporalmente durante diez años, lejos de la destrucción y el peligro, mientras se reconstruye Gaza, se limpia a los terroristas de Hamás y se transforma en una ciudad de esperanza, no de odio. Un lugar donde los niños aprendan amor y respeto, no antisemitismo ni glorificación de la violencia y el secuestro.
No se trata de un desplazamiento forzado, sino de una oportunidad. Una simple solicitud en línea podría revelar una verdad que muchos se niegan a admitir: innumerables habitantes de Gaza preferirían un futuro al miedo, la estabilidad a la opresión.
Nadie quiere vivir en una tienda de campaña indefinidamente. Si alguien te ofrece un hogar y lo rechazas sólo para culpar a Israel, entonces el problema no es Israel, sino la mentalidad que prefiere la destrucción a la dignidad, el sufrimiento a las soluciones. Presenta una solicitud para trasladarte a Canadá o Alemania durante diez años y verás un interés abrumador.
Puede que griten en la televisión, pero en realidad anhelan escapar del control de Hamás. Mientras reconstruyen sus vidas, quienes coreaban “del río al mar” en las universidades ahora tienen su oportunidad. Vayan y ayuden a reconstruir Gaza. Construyan carreteras, infraestructura y un gobierno libre del control de Hamás.
Quienes no conocen Oriente Medio no se dan cuenta de este cambio. La nueva generación quiere paz, normalización y cooperación, no una guerra interminable. A medida que más países normalizan sus vínculos con Israel, se hace más fuerte la posibilidad de que haya un liderazgo palestino joven y electo que se centre en la diplomacia, no en la destrucción.
No se trata de expulsar a nadie, sino de dignidad humana, sentido común y una solución humanitaria liderada por Estados Unidos. Mantener a los civiles en una zona de guerra infestada de terrorismo sólo fortalece a Hamás y prolonga la inestabilidad. En cambio, denles un futuro. Denles paz. “Un líder sabio no se pregunta qué es el mundo, sino qué podría ser”. Trump tiene esa visión. Es hora de que el mundo también la tenga.
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El autor es experto en Asuntos Políticos Estratégicos (Oriente Medio), lo pueden seguir en X @amjadt25.
