Diamantes en bruto, la riqueza olvidada de las Zonas Rurales y una oportunidad para el país de reactivar la economía

Mi nombre es Kirk Salazar Cruz, soy un joven oriundo de San Vito de Coto Brus, me considero una persona pulseadora, trabaje de pistero, bodeguero, en tiendas, digitando recibos de café y gracias a Dios técnico de farmacia en la CCSS. Cuando termine mi bachillerato escuchaba a mis compañeros(as) que las oportunidades estaban en San José, lamentablemente mi familia no tenía los recursos para enviarme a estudiar, me toco hacer lo que muchos jóvenes hacen estudiar y trabajar, donde una mayoría no pueden continuar estudiando y prefieren trabajar.

Esta historia no solo hace referencia a mi vida, se las comento ya que muchos jóvenes de la Zonas Rurales se podrán identificar conmigo, actualmente existe una problemática a nivel nacional dada por la creciente brecha entre la Gran Área Metropolitana en la cual se ha concentrado el desarrollo tecnológico y las zonas rurales o costeras, en las cuales se concentra la actividad agrícola y el turismo. Esto representa un problema debido al desperdicio o migración de capital humano generado en las zonas rurales a raíz de la falta de mayores oportunidades de empleo en industrias innovadoras y de altos sueldos, lo cual en última instancia implica aumentos de la pobreza con sus consecuencias en dichas zonas del país. Solamente quiero recalcar que las zonas rurales tienen un alto potencial para desarrollo y oportunidades para las nuevas generaciones pero la falta de voluntad política o refrescamiento en los gobiernos locales con ideas frescas que impulsen las zonas es determinante, no quiero que me lean con un político, por eso también la participación de jóvenes en Asociaciones de Desarrollo y cámaras también es importante para aportar nuevas ideas y unir esfuerzos con la juventud y la experiencia de señores(as) pioneros en sus pueblos.

Y aunque muchos de quienes leen este artículo podrían pensar que conforme se alcanza cierto desarrollo en el sector industrial y tecnológico, se puede hacer aprovechamiento del mercado internacional para así prescindir del sector primario de la economía por medio de importaciones, los casos de éxito de países como Holanda, Singapur e Israel demuestran que el desarrollo del sector secundario y terciario no es mutuamente excluyente con un sector primario fuerte.

Para dar contexto a la afirmación anterior, no hace falta más que ver un ejemplo como en Países Bajos (Holanda como es conocida popularmente) en los años 70: un país cuyo fuerte desarrollo de los sectores secundario y terciario empezó a causar flujos de capital humano hacia dichos sectores, dejando a la zona rural en desventaja y causando brechas con las grandes ciudades donde se encontraban las oportunidades laborales en tecnología e industria. Sin embargo, lejos de frenar toda inversión en sus zonas rurales, Holanda tomó acciones a través de alianzas público y privadas, donde vuelvo hacer hincapié es un trabajo de todos gobierno central, gobierno local, la academia y sector privado, si todos empujamos este barco la inversión e incentivos para sus sectores será clave para el crecimiento; dado el escenario en Holanda se creó la Universidad de Wageningen, que es la capital mundial de la innovación y tecnología agrícola y a su vez la responsable de que Holanda sea líder mundial en agricultura a pesar de su clima y reducido espacio.

No dejar el agro atrás permitió a Holanda liderar en tecnología agrícola y exportaciones de productos como los tomates.

Por otro lado, Singapur a pesar de haber tomado la decisión de importar la mayoría de sus alimentos debido a su territorio aún más pequeño, también ha decidido fortalecer su industria agrícola por medio de la tecnología junto a la inversión pública y privada, colocándose así como uno de los países con mayor seguridad alimentaria en el mundo. Similarmente y con aún mayores complicaciones debido a su ubicación en una zona de inestabilidad política, Israel lejos de olvidarse de la agricultura, decidió invertir en el sector y en sus zonas rurales, y gracias a eso lograron que el desierto en el que estaban floreciera y les permitiera exportar productos agrícolas al resto del mundo.

Costa Rica, si bien con ciertas diferencias, se encuentra en un caso similar al de los tres países que mencioné principalmente debido a su limitada extensión de terreno y su importante desarrollo tecnológico enfocado en la capital, por lo cual se puede observar los éxitos de países similares que desarrollaron de forma eficiente los tres sectores de su economía para así establecer políticas que permitan el crecimiento de la innovación tanto en el agro como en la tecnología para las zonas rurales. Entre dichas políticas se ha popularizado la propuesta de realizar un mayor despliegue de fondos de capital semilla junto a créditos enfocados en zonas rurales y costeras junto con incubadoras de negocios con metodologías ya probadas para así impulsar el crecimiento de las áreas rurales en el país.

En general, las zonas rurales y costeras merecen salir adelante, hace unos días estuve por Puntarenas y me duele ver el crecimiento de la pobreza y la falta de oportunidades, me duele ver mi querida zona sur con gran potencial turismo y con capital humano formado dispuesto a trabajar, aunque la división de trabajo y el resultante mercado internacional es una herramienta importante para la transición de una economía hacia el desarrollo tecnológico, también es cierto que los éxitos de los países mencionados pueden demostrar una tendencia hacia un modelo de desarrollo en el que tanto el campo como la zona urbana participan activamente, el sector primario no se ve subcontratado a países vecinos y a su vez no es mutuamente excluyente con la innovación continua en sectores de la alta tecnología, por eso este llamado es trabajar más y prometer menos, unirnos para participar y seguir formándonos para dejar nuestro granito de arena en nuestros pueblos.

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