Desarrollo ecoespiritual

» Por Rolando Portilla Pastor - Ingeniero Civil. MSc en Manejo de Cuencas Hidrográficas.

Los parques nacionales y las reservas biológicas abarcan el 12% de nuestro territorio y representan uno de los mayores logros de nuestro país en el campo de la conservación y la protección ambiental, siendo objeto de orgullo y reconocimiento nacional e internacional. A pesar de ello, algunos consideran que la conservación inalterada o absoluta de territorios ya no tiene sentido en la época actual y que representa un concepto obsoleto, que no calza dentro de la dinámica económica y tecnológica presente.  Con todo respeto, se equivocan los que no entienden la importancia actual de la conservación inalterada o absoluta, plasmada en muchos de nuestros territorios protegidos.

En primera instancia, la conservación absoluta tiene gran valor por lo que ya en estos momentos es reconocido sin discusión, su aporte a la purificación del aire y a la calidad y cantidad del agua en las cuencas, la retención del suelo y la salvaguarda de nuestra rica biodiversidad, así como la preservación de paisajes excepcionales a lo largo de todo el territorio nacional. Todo ello, además, es promotor de un importante desarrollo económico y social del país a través del ecoturismo.

Sin embargo, lo que falta y debe reconocerse en el futuro, es el enorme valor que la conservación inalterada tiene para el desarrollo eco-espiritual de las personas. ¿Qué significa esto? Representa el crecimiento mental y espiritual que pueda tener una persona al estar en contacto íntimo y profundo con zonas de naturaleza inalterada, inmersos en su magia y su silencio. Significa ponerse en contacto y alimentarse de una energía especial, nutrirse de un poder místico superior intangible e inexplicable. Muchos de los que hemos visitado sitios naturales remotos como los Parques Nacionales Chirripó, La Amistad, Corcovado, Santa Rosa u otros, saben de la forma como el contacto natural y el silencio nos transforman, nos elevan, nos tranquilizan y armonizan con todo nuestro entorno. De cómo muchas ideas y soluciones nos vienen misteriosamente en esos momentos en que nos encontramos en íntima comunión con sitios naturales inalterados, ya sean bosques, playas, ríos o montañas.  Podría decirse que es magia pura, difícil o imposible de explicar por ahora en términos científicos o racionales. Se atribuye a Einstein una frase que dice: “Pienso mil veces y no descubro nada, me sumerjo en el silencio y la verdad me es revelada”.

Sin embargo, es lamentable la poca cantidad de turistas nacionales que visitan estas áreas protegidas, y consecuentemente poco el aprovechamiento que se hace de todo ese potencial de crecimiento mental y espiritual. Debería existir una materia obligatoria en escuelas y colegios, que permita a los estudiantes ese contacto con una de las mejores fuentes naturales gratuitas de conocimiento y crecimiento personal con que contamos. El ciudadano, desde niño, debería llegar a amar la naturaleza, a sentirla como propia, y de ese modo, respetar y valorar sus parques nacionales y reservas equivalentes y luchar intensamente por su protección y supervivencia futura.

Al paradigma de conservación que ha imperado hasta ahora debería agregarse necesariamente la visión del desarrollo eco-espiritual, como un complemento que permita ascender a un nivel muy importante en materia de áreas silvestres protegidas.  El día en que reconozcamos el gran valor eco-espiritual que tienen estas áreas, y su intrínseco ligamen con la calidad de vida integral del ser humano, va a ser mucho más simple y eficiente su protección y consolidación.

Parafraseando a André Malraux, podemos decir que “la sociedad del futuro será eco-espiritual o no será”. O logramos restaurar nuestra relación íntima y esencial con la naturaleza y su espiritualidad, tan perdida en esta sociedad tecnológica y materialista, o sencillamente, no lograremos sobrevivir. Esperemos tener en el futuro la visión, la sabiduría, la conciencia, el coraje y el amor para querer y saber ser. Costa Rica ya ha sido históricamente líder mundial en muchas materias, campos y actividades. Igualmente, podemos llegar a ser faro de luz y de conciencia planetaria, pioneros y ejemplo en materia de desarrollo eco-espiritual.

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