En julio pasado, la junta Directiva del Consejo Nacional de Producción (CNP), recomendó al Ministerio de Agricultura y Ganadería y al Ministerio de Economía y Comercio, confeccionar un decreto que declare el desabasto del frijol en nuestro país, según un estudio técnico elaborado por el sistema de información agroalimentaria (SIA), donde se tenían solamente 13.497 toneladas métricas en la cadena de producción, suficiente solamente para poco más de 3 meses.
Para explicar siempre este tipo de fenómenos, se atribuye a las causas directas de la actualidad, poco se hurga en los “picos y palas” que contribuyeron al arribo del escenario en específico. El desmantelamiento de la estructura estatal, principalmente en los años ochenta con el cierre de funciones técnicas del Consejo Nacional de Producción en base a los programas de ajuste estructural recomendados por el FMI, fue una de las causas primarias y muy importantes de señalar -para recuperar la memoria histórica de lo que nos fue arrebatado- como punto de partida de este desarme, para ahondar esa herida, los tratados de libre comercio (TLC) firmados, han sido una guillotina en el cuello principalmente de los pequeños y medianos productores de frijol y de muchos otros granos básicos en Costa Rica, los acuerdos comerciales ponen en serias desventajas competitivas a los productores locales con países como China o Nicaragua, donde en el 2013, -año en que se empezaban a sentir los primeros embates de los tratados comerciales- un quintal en los anteriores países costaba ¢16.000 y en contra parte, en suelo nacional podría llegar a ¢34.000, claro, los primeros con condiciones paupérrimas de salario y sin respeto a sus derechos mínimos laborables, con los que sí se cuenta en nuestro país, drama que se le debe explicar a 700 familias costarricenses que han vivido de la producción de la leguminosa, ante esto, la industria frijolera tiene paso libre para comprar toda la producción importada, a la problemática se le suma el contrabando ilegal y la competencia desleal, nombrada por el propio exministro de agricultura y ganadería Luis Felipe Arauz -claro está, siendo decano de la facultad de agronomía de la Universidad de Costa Rica, en el 2011-.
La falta de apoyo del gobierno, la degradación arancelaria y la baja dramática en los precios a expulsado la tradición frijolera de nuestro país, poco a poco se ha ido incentivando la salida de más familias del campo, comprometiendo la seguridad alimentaria, para el análisis y paradójicamente una frase de Arauz que decía: “Se apuesta por una ecuación que yo todavía no entiendo bien. ¿Cómo las ganancias de una transnacional piñera se van a convertir en ingresos para que los consumidores compren granos básicos?”.
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