La escasez de especialistas en el país, es un tema que data de muchos años y sigue siendo uno de los principales retos de nuestro sistema de salud pública, sin que, de momento, se vislumbre una solución en el corto plazo.
Pese a los diversos esfuerzos que se han realizado, es claro que la crisis no se resolverá si no se aumenta el número de plazas dentro de los hospitales públicos, para la formación de los nuevos profesionales.
Actualmente, la Caja Costarricense de Seguro Social es la única entidad formadora de especialistas en el ámbito práctico y, mientras el cupo siga siendo limitado, lamentablemente seguiremos con el problema de producción de especialistas.
Muestra de ello, es que de los más de 500 médicos generales que este año aprobaron el examen para optar por una especialidad, solo hay 300 plazas en los hospitales públicos, lo que claramente se traduce en una gran estrechez para poder ingresar.
Como una de las posibles soluciones, recientemente las autoridades de salud mencionaron la posibilidad de contratar especialistas extranjeros, pero esto a todas luces, es solo un parche y no una solución definitiva a un problema que afecta a los pacientes, principalmente, a aquellos que llevan años esperando por una cita con un especialista.
En nuestro país, existen miles de médicos generales, de ellos, 6.582 son especialistas. Si queremos, como país, resolver la crisis, es urgente que se logre aumentar el número de plazas dentro de los hospitales de la Caja, para la formación de más de estos profesionales. Tenemos alrededor de 20 años con el mismo número de cupos y es claro que si el sistema de salud requiere más especialistas, se deben desarrollar las estrategias necesarias para aumentar la producción de este recurso profesional.
El acceso a la salud es un derecho y uno de los objetivos de desarrollo sostenible que, como país, debemos garantizar. Específicamente en el Objetivo 3, dice Naciones Unidas que “garantizar una vida saludable para todos, requiere un fuerte compromiso, pero los beneficios superan los costes.”
Y eso es lo que, como profesionales o autoridades en Salud, debemos todos tener claro. Estamos hablando de la vida de las personas, de su bienestar y calidad de vida; esto es suficiente razón para que nos sentemos a buscar soluciones prontas y definitivas.
La formación de especialistas dentro de los hospitales, debe ser replanteada, de manera que se aumente el cupo para que, de los miles de médicos generales que cada año realizan la prueba de incorporación a la especialidad, ingrese un número acorde con las necesidades de nuestro sistema de salud pública.
Como otra eventual medida para solucionar la crisis, es importante considerar la posibilidad de que los hospitales periféricos que son cabeza de región, puedan unirse a la formación de los especialistas; para ello, podrían convocar el número de profesionales, con base en sus necesidades y en la cantidad de plazas regionales que requieren ocupar.
Al mismo tiempo, los hospitales privados deberían de tener la capacidad de convocar a la formación de especialistas; es una posible medida que vale la pena considerar. Para ello, claro que se requiere una importante coordinación, pero también, mucha voluntad y ganas de resolver el problema.
No podemos olvidar que, en todo esto, es clave el soporte académico de las universidades públicas y de las privadas acreditadas para la formación de los especialistas, por su rol protagónico en garantizar un proceso de formación académica, de calidad.
Es claro que Costa Rica no puede continuar con una crisis de esta magnitud, sobre todo, tomando en cuenta que el perfil epidemiológico de la población, demanda más preparación y el recurso profesional necesario, para enfrentar nuevas y posibles amenazas a la salud pública, como las que hemos estado enfrentando.
