Una implementación rápida y sin planificación de un sistema de trazabilidad, como el que quiere imponer el gobierno en Costa Rica, puede tener serias implicaciones negativas para los ganaderos, impactando su economía, su operación diaria y su relación con el gobierno.
Implicaciones económicas
Aumento de Costos: Los ganaderos tendrían que asumir de forma inmediata los costos de los aretes electrónicos o visuales, los lectores de códigos y el software necesario. Sin una planificación adecuada, es probable que no existan subsidios o programas de apoyo financiero que mitiguen este gasto, lo que afectaría de manera desproporcionada a los pequeños y medianos productores. PÉRDIDA DE MERCADO: Si la implementación es caótica, podría haber un colapso en la cadena de suministro, ya que los animales sin arete o con datos mal registrados no podrían ser transportados o comercializados legalmente. Esto llevaría a la pérdida de ventas y al estancamiento de la economía de los ganaderos.
INVERSIÓN EN TECNOLOGÍAS OBSOLETAS: Una decisión apresurada podría llevar a la elección de tecnología incompatible, poco eficiente o incluso obsoleta, obligando a los ganaderos a reinvertir en el futuro. IMPLICACIONES OPERATIVAS Y DE GESTIÓN Falta de Capacitación: Una implementación sin planificación no daría tiempo para capacitar adecuadamente a los ganaderos en el uso del nuevo sistema. Esto generaría errores en el registro, datos incompletos y una frustración generalizada, minando la efectividad del programa. DESORDEN LOGÍSTICO: La falta de un plan logístico para la distribución de los aretes y la atención a los ganaderos, especialmente en zonas rurales remotas, provocaría retrasos y dificultades en el proceso de identificación del ganado. PROBLEMAS DE SALUD ANIMAL: Un proceso de areteo mal gestionado y sin protocolos sanitarios claros podría generar heridas y propiciar la propagación de infecciones, afectando la salud y el bienestar del ganado. Este fue un temor real en Costa Rica durante la epidemia del gusano barrenador. IMPLICACIONES SOCIALES Y DE CONFIANZA Desconfianza y Oposición: Una imposición del sistema sin diálogo ni consenso previo agravaría la desconfianza histórica que el sector ganadero tiene hacia las autoridades. Esto podría llevar a una fuerte oposición, boicots o a la evasión del sistema. PERCEPCIÓN DE ABANDONO: Los ganaderos podrían sentir que el gobierno no entiende sus necesidades ni los desafíos que enfrentan, percibiendo la medida como un acto de control burocrático en lugar de un esfuerzo por mejorar el sector. De por sí, ya los ganaderos no tienen una buena opinión del manejo del sector agropecuario. IMPACTO EN LA SUBSISTENCIA: Para los pequeños productores que dependen de cada animal para su sustento, los costos y las complicaciones de una implementación desorganizada podrían ser la diferencia entre seguir operando o cerrar su negocio.
EN RESUMEN, Si se intenta modernizar el sector ganadero de manera rápida y sin planificación, el resultado sería negativo. Una implementación apresurada y carente de planificación estratégica no solo pondría en riesgo el objetivo de modernizar el sector ganadero, sino que también generaría graves repercusiones económicas y operativas para los productores. Este escenario afectaría la competitividad, debilitaría la confianza del sector y provocaría una resistencia que podría comprometer futuras iniciativas de desarrollo. Personalmente pienso que esto le interesa muy poco al gobierno de Rodrigo Chaves o a cualquier otro que continúe con las ideas del chavismo
Una implementación acelerada y sin la debida planificación no solo fracasaría en el objetivo de modernizar el sector ganadero, sino que además ocasionaría un fuerte impacto económico y operativo para los productores. Esto podría minar la confianza de los ganaderos y generar una resistencia difícil de revertir, comprometiendo el éxito de cualquier iniciativa futura.
