A inicios del mes de abril, Trump presentó un gráfico en la Casa Blanca detallando los nuevos aranceles. Estos se basaban en una operación matemática simple: tomar el déficit comercial de EE.UU. con un país, dividirlo por las importaciones de ese país y luego dividir esa cifra por dos porque Trump dijo que estaba siendo amable.
¿Cuál es el modelo?. Consideremos un entorno en el que Estados Unidos aplica un arancel de tasa al país i y refleja el cambio en la tasa arancelaria. Sea la elasticidad de las importaciones con respecto a los precios de importación, la transmisión de los aranceles a los precios de importación, las importaciones totales del país i y las exportaciones totales. Entonces, la disminución de las importaciones debido a un cambio en los aranceles es igual a . Suponiendo que los efectos compensatorios del tipo de cambio y del equilibrio general son lo suficientemente pequeños como para ignorarlos, el arancel recíproco que resulta en una balanza comercial bilateral de cero cumple:
Para calcular los aranceles recíprocos, se utilizaron datos de importación y exportación de la Oficina del Censo de EE.UU. para 2024. La elasticidad precio de la demanda de importaciones se fijó en 4. Aunque la elasticidad a largo plazo suele ser 2, estudios conservadores indican valores entre 3-4 (Boehm et al., 2023; Broda y Weinstein, 2006; Simonovska y Waugh, 2014; Soderbery, 2018). La elasticidad de los precios de importación con respecto a los aranceles es de 0,25. Los aranceles de EE. UU. sobre China demostraron que la transmisión de aranceles a precios minoristas fue baja (Cavallo et al., 2021).
Con esta elección de parámetros la fórmula se simplifica a:
El nuevo arancel de EE.UU. será calculado como el déficit comercial dividido por el valor de las importaciones. En 2024, EE.UU. importó $438.947 millones desde China y exportó $143.546 millones, resultando un arancel de 67%, que Trump redujo a 34%. Para Costa Rica, EE.UU. importó $11.635 millones y exportó $9.677 millones, obteniendo un arancel de 17% (17% dividido entre 2 es 8,5%), que se redujo a 10% debido al arancel mínimo impuesto por Trump. Este modelo no está diseñado para el caso cuando EE.UU. tenga superávit comercial con un país.
¿Son estos nuevos aranceles recíprocos?
Estos aranceles no son recíprocos. Recíprocos implicaría que se basan en los aranceles y barreras no arancelarias que los países ya imponen a EE.UU. Sin embargo, la Casa Blanca no ha calculado esto para todos los países afectados. En cambio, calcularon la tasa arancelaria para eliminar el déficit comercial de bienes de EE.UU. con cada país. Trump ha impuesto aranceles incluso a países donde EE.UU. no tiene déficit comercial, como Reino Unido (20%) y Chile (10%). Más de 100 países han sido afectados por el nuevo régimen arancelario. México y Canadá no entraron en la lista de los aranceles recíprocos anunciados por Trump en lo que el mandatario bautizó como el Día de la Liberación.
¿Qué hay de malo en el cálculo arancelario de Trump?
Ciertamente, estos nuevos aranceles no son recíprocos. Pero las matemáticas que los sustentan no son del todo inventadas ni absurdas, a pesar de lo que algunos han afirmado en línea.
De hecho, posiblemente por primera vez, la administración Trump reconoce explícitamente parte de la lógica económica básica de los aranceles. Los aranceles sí aumentan los precios. Y un aumento de precios hace que la gente compre menos. Y si los estadounidenses compran menos productos extranjeros, el déficit comercial de Estados Unidos con otros países se reducirá.
Pero eso no significa que los cálculos arancelarios de Trump sean la respuesta correcta. Para empezar, son cálculos muy aproximados. Tal como se ha planteado, esta fórmula trata a todos los socios comerciales, todos los bienes y todas las industrias por igual. Banano, petróleo, ropa, computadoras o automóviles: no importa lo que un país envíe a EE. UU.
Más importante aún, la fórmula se basa en un gran supuesto sobre cuánto aumentarán los precios los nuevos aranceles. Los cálculos de Trump suponen que solo una cuarta parte de los aranceles se trasladaría a los consumidores estadounidenses en forma de precios más altos. Pero los economistas que han estudiado los aranceles de Trump en 2018 —sobre el acero, el aluminio y diversos productos procedentes de China— calcularon que casi la totalidad de esos aranceles acabaron trasladándose a los estadounidenses.
Además, los cálculos arancelarios de Trump también ignoran las consecuencias económicas más amplias de estos nuevos aranceles radicales. Tendrán un efecto en la economía estadounidense en general. Influirán en los tipos de cambio. Y probablemente provocarán aranceles de represalia por parte de otros países.
Entonces, ¿los nuevos aranceles de Trump realmente cerrarán el déficit comercial? Quizás sí, quizás no. Pero finalmente, al menos, la administración ha demostrado su decisión y eficacia. Y según sus cálculos, el objetivo de estos aranceles es aumentar los precios y cerrar el déficit comercial.