¿Cómo hacer para que el Poder Legislativo produzca leyes perfectas que ni el Poder Ejecutivo pueda cuestionar?

Está claro que la imperfección de nuestras leyes obviamente procede de la obvia imperfección de los legisladores que humildemente elegimos cada 4 años. No puede pretenderse que leyes perfectas sean el resultado de esos nuestros legisladores de turno. Diputados nuevos unos y repitentes otros, pero primeramente elegidos internamente en cada partido político por unas cuantas decenas de sus partidarios, antes de que todos los demás costarricenses podamos votar por alguno o por ninguno de ellos. El Tribunal Supremo de Elecciones debería exigir más y mejores requisitos a los partidos para seleccionar mejor a sus candidatos a diputados. Al final del día, son diputados escogidos por los partidos pero terminan siendo padres de la Patria. Casi nada.

Las leyes son el resultado de las ideas aportadas positivas y negativas, por la mezcla de capacidades, intereses, circunstancias y un montón de cosas más de todas las personas que participan de su preparación, redacción y aprobación. Eso incluye diputados individuales, los diversos partidos representados en la Asamblea Legislativa, las comisiones de diputados, los asesores de todos ellos, requisitos de otros departamentos: de la misma Asamblea Legislativa, del Tribunal Supremo de Elecciones, de la Sala IV, y hasta del mismo ministerio de la presidencia y del poder ejecutivo. El presidente y todo el directorio de la Asamblea Legislativa son solo unos cuantos de los 57 diputados que se postulan o son postulados y en sus elecciones internas obtienen la mayoría necesaria. Está claro que las leyes no son el resultado de la creación individual del presidente ni de ninguno de esos diputados.

En Costa Rica no podemos seguir mal interpretando nuestras humildes leyes, dado que los recursos económicos de nuestro país solo provienen de dos únicas fuentes: de los diversos impuestos a las personas físicas y jurídicas y de la inmanejable e impagable deuda pública, con la enormidad también de sus intereses. Ahora resulta que también para mejorar la razón financiera de la deuda pública con el PIB, en el Ministerio de Hacienda han encontrado que es más fácil obtener una buena razón financiera, reduciendo la inversión social en la educación pública primaria y secundaria, reduciendo también el presupuesto en seguridad y no pagando la enormidad de deuda que existe desde hace muchos años con la Caja Costarricense del Seguro Social.

Por esa razón, para la aplicación inmediata de las leyes, antes se recurria a la búsqueda del espíritu de la ley, se recurria a la búsqueda de las razones reales que se quería plasmar literalmente en cada ley específica, para defender al país, para defender a todos los costarricenses. Pero desde hace muchos años, a pesar de la obvia imperfección de nuestras leyes, ese espíritu de la ley debe ser reclamado ante la Sala IV mediante recursos diversos de inconstitucionalidad y otros tipos de reclamaciones, solo porque también, la Sala IV no actúa de oficio para defender a nuestro país y a todos los costarricenses. Tal vez ahora con la inteligencia artificial, por ejemplo el chatgpt, se pueda lograr la perfección inmediata de las leyes.

Excelente que el nuevo gobierno nos informe de todo lo malo que han hecho los gobiernos anteriores. Pero solo con informarnos no es suficiente. La mayoría de costarricenses sabemos mucho de todo lo malo que han hecho todos los anteriores gobiernos. Pero el cambio de gobierno precisamente es para que su plan de gobierno venga a corregir todo lo malo anterior y además, que imponga nuevas y mejores leyes para prevenir que no volvamos a tener malos gobiernos. Para eso es un cambio de gobierno. Pero el nuevo gobierno también está claro que no es solo el nuevo presidente. Todos los diputados son también parte del nuevo gobierno y deberían estar corrigiendo todo lo malo de los gobiernos anteriores y estableciendo nuevas y mejores leyes para prevenir que no volvamos a tener malos gobiernos.

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