En un mundo cada vez más globalizado y competitivo, el crecimiento económico se ha convertido en uno de los objetivos principales de cualquier país. El crecimiento económico implica un aumento sostenido en la producción del sector agropecuario de bienes y servicios de una nación, lo cual se traduce en un mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Posiblemente en los próximos días veremos al presidente hablando del aumento proyectado del crecimiento económico. Que según el Banco Central (BCCR) será de un 4,1%. Este aumento según el mismo BCCR se basa en el impulso de la demanda interna vía consumo de los hogares y, en actividades económicas en los servicios de transporte, la intermediación financiera y los seguros. Un país que importa alimentos cuando se pueden sembrar no puede aportar al crecimiento económico derivado de un sector agropecuario fuerte. Esto debido que este sector solo cultivos como la piña, café, caña de azúcar, melón y otros vegetales como chayote y flores y hojas son los que generan algo de economía. Un gobierno que tiene el sector agropecuario en abandono (pequeños y medianos productores de las provincias costeras) está desaprovechando los empleos y aportes a la economía que pueden aportar a la economía esta parte del sector. El presidente y los ministros de Agricultura, Economía y Hacienda lo saben, pero por alguna razón no les interesa.