Buenísimo e inclusión: ¿De qué estamos hablando?

Un policía más ha muerto a manos de un extranjero, de un nicaragüense. Otro más, de la división de fronteras, sospechosamente. Lo que nosotros, los ticos, nunca.

Hay un aforismo del imprescindible Thomas Mann que se ha vuelto viral por la crudeza, por la sinceridad con que nos despabila. Siempre me ha hecho reflexionar, pero ahora mucho más: “La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad”. Si que te maten no es maldad entonces no sé qué podría serlo. ¿Una maldad aleatoria quizá? No lo creo.

Hay lo que se llama “casuística” y es cuando los sucesos dejan de ser excepciones, para pasar a ser “causales”, cuando se repiten una y otra vez. Entonces, es cuando hay que actuar. En defensa propia. Lo antes posible, claro está. El mismo Jesús el Cristo agarró un látigo y sacó apunta de latigazos a 5000 estafadores. Él sólo. Él no podía más con el dolor de su gente.

Yo pienso en esas familias. Las de los policías y la de Gabriel el chiquito tico asesinado por menores nicas. Niños matando a niños. ¿Entiende la gravedad del asunto?

Aquí no queda de otra que una revisión profunda y exhaustiva de todo eso que el buenísimo ha dado en llamar “migrantes” y empezar a devolverlos a su país -como ya están haciendo varios países, soberanos.

También pienso qué pasaría si la situación fuese al contrario: vendrían todas esas ONGs -por las que nunca hemos votado- de las cuatro letras y quien sabe qué nos harían. Porque las “vistimas” son unos pobrecitos.

¿Quién es el que sufre? Me pregunto, le pregunto. Por favor!

Cuídate de las víctimas como nos alerta el gran Bert Hellinger, porque te arrastran a su estado y quienes no estén de acuerdo con sus quejas, serán tachados de malvados. Las víctimas son muy peligrosas. Alguien que se queja todo el tiempo de lo mal que le trata el mundo no trata de arreglar su situación. Quiere ser compadecido, causar lástima y así sacar provecho. Cuídate de las víctimas, porque necesitan convertir a todos en culpables.

Qué moral va a tener una gente así?  Dígame usted. Ninguna obviamente. Me ha tocado ver lo peor. Vivo en barrio. Y desde que se acabó la pandemia esto se llenó de esa gente. Para bien o para mal me ha tocado verles actuar y créame nada me preocupa mas que nuestros chiquitos en las escuelas públicas.

Hay otro aforismo que circula por estos días: no seas bueno, sé justo. No te preocupes por ser bueno, preocupante por ser justo. La verdad es que demasiada bondad sólo te hace útil, no valioso. Hay mucha verdad en la cita. No hay duda de ello.

El buenísimo como le han dado en llamar nos ha llevado a lugares extraños. Difíciles de reconocer. No podemos priorizar a quien nos hace daño, eso jamás. ¿Verdad? Pagan justos por pecadores, dirá usted, pues diay qué pena. Lo siento. A mis muertos, ¿quién los paga?

Sabemos hay quien se beneficia económicamente de esa gente. No obstante, les diría si son empresarios vayan con sus empresas a Nicaragua a poner sus empresas allá y ahí los tienen. Porque esto no va mas.

Porque como dice el maravilloso Mark Twain: es mas fácil engañarlos que convencerlos de que han sido engañados. No podemos esperar a ser el próximo.

Otro tema grave es la cantidad. El número. Eso es inadmisible. Por nocivo. No es saludable, desde ningún punto de vista. Ni aunque fueran ángeles. Hay quienes sostienen que esos movimientos de gentes tan masivos no son orgánicos al contrario. Son para desestabilizar a los países.

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