Qué curioso es normalizar la frase ¡viva siempre el trabajo y la paz! Que también es parte de nuestro himno nacional. Porque para efectos de estos energúmenos llamados diputados y sus asesores se les hace un poquito complicado eso de trabajar. Como es posible que en este Gobierno y podemos decir otros, pero en especial este actual, se han dedicado a ver cómo un presidente que quiere ver la luz para el costarricense y extranjero que lucha todos los días, estos iluminados lo que hacen es entorpecer las labores con su lema “no dejaremos que se viva una dictadura”, con la carátula de anti comunistas, donde algunas fracciones (FA) no deberían hablar mucho porque en su agenda brilla mucho de eso, o hablar de que es corrupto donde (PLN, PUSC…) también brillan como una barra de uranio enriquecido. Dejemos trabajar a quién quiere lo mejor y en vez de entorpecer sus labores ayudemos a hacerlas realidad y si algo se desvía o se necesita opinión conversarlo, pero no haciendo el victimismo lamentable del FA y PLN, sino hablando de verdad entre los y las diputados (as) y el señor presidente, que por más que les pese tiene más argumentos y apoyo que Carlos Alvarado, al que nunca le tiraban tanta basura como al actual. Mi pregunta es ¿a qué le tienen tanto miedo?, ¿se les pueden escapar los privilegios que tienen? Solo el tiempo lo dirá, lo cierto es que estos mismos que se identifican falsamente con las causas más nobles del pueblo según ellos, son los típicos que “ni pican leña, ni prestan el hacha”. A este país le hace falta recordar que sin partir a la mitad y exterminar la corrupción y la vagancia gubernamental no se podrá progresar. No se dejen engañar con esas promesas (diputados y magistrados) de estamos trabajando para y por ustedes el pueblo porque mientras la clase trabajadora se parte el lomo laburando para sostener un aparato estatal ineficiente, estos sujetos (as), se lo gastan todo y dejan al pueblo a la merced de más impuestos y añadirle que en asamblea extraordinaria según ellos se aumentan el salario porque se lo merecen y el pueblo que tiene que ver, como le medio alcanza para comer mal está en la ruina, y no es culpa o negligencia del presidente, esto todo es culpa de la negligencia absoluta de los diputados y sectores afines. Se debe empezar a exigir cuentas a estos seres de luz y que se alineen a las necesidades de los que les pagamos un salario, con los impuestos.
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