Desde el 23 de agosto del 2013 las Naciones Unidas celebra el 6 de abril como el día internacional para el desarrollo y la paz. Es una fecha importante para recordar las capacidades que tiene el deporte para desarrollar esfuerzos de prevención de la violencia juvenil y de promoción de la paz social. Este año 2024 se ha declarado tema especial “el deporte como instrumento para promover sociedades pacíficas e inclusivas”.
Los beneficios del deporte para la paz
Obviamente la práctica del deporte tiene efectos muy positivos en primer lugar para las personas. Ya sea a nivel individual o en grupo, el deporte mejora la salud y la condición física, alargando la vida y la calidad de vida especialmente cuando llegamos a la adultez. Tiene también el beneficio de que puede ser una herramienta para enfrentar problemas de salud mental como la depresión o la ansiedad.
Estamos hablando de una práctica del deporte bien enfocado, buscando siempre objetivos de recreación, calidad de vida, buen uso del tiempo libre, cohesión social y hasta competitividad. Existen también ejemplos de usos no positivos como el uso de drogas, la presión por el éxito y hasta la violencia asociadas a barras de futbol o a hogares donde hay agresión.
Pero nos concentramos en los temas positivos. El deporte tiene una importante capacidad de convocatoria sobre las personas jóvenes. A ellos les gusta el deporte, la educación física y la recreación. En muchas comunidades es difícil encontrar espacios seguros para la práctica por muchas razones, y las condiciones de seguridad del país en este momento son una de ellas. Pero de todas formas los jóvenes buscan oportunidades para practicar deporte, para juntarse con sus pares y competir, entrenar o simplemente recrearse y pasar un buen rato. También las familias y las comunidades se pueden juntar alrededor de estos ejercicios, y con esto además se puede generar cohesión social que es muy importante para el fortalecimiento de comunidades seguras y pacíficas.
Siempre a nivel individual cabe destacar que el deporte puede desarrollar y fortalecer valores en los jóvenes, que son claves para la construcción de sus proyectos de vida, y siempre lejos de las pandillas y del crimen organizado. El valor más importante es el respeto. Respeto a sí mismo, al contrario, y a las reglas de cada disciplina. Eso es algo que puede enseñarse con la práctica del deporte. Otros valores que se pueden desarrollar son la resiliencia, la disciplina y el trabajo en equipo.
Celebremos el 6 de abril: Dia del deporte para la paz
En el marco de la crisis de seguridad que vivimos, deberíamos aprovechar esta fecha para apoyar y fortalecer proyectos que buscan promover el deporte como una herramienta para la prevención de la violencia juvenil. Para eso debemos trabajar en comunidades especialmente en riesgo según las condiciones de inseguridad, y focalizar en jóvenes que presenten factores de riesgo que puedan hacerlos cercanos a la criminalidad organizada.
Es vital identificar de manera casi quirúrgica a estos jóvenes que pueden tener factores como problemas para resolver de manera pacífica los conflictos, antecedentes de violencia con sus pares en centros educativos, depresión o intenciones incluso suicidas, antecedentes de violencia intrafamiliar en sus hogares, familiares privados de libertad o reiteradas relaciones no asertivas con autoridades de policía o de centros educativos, etc. Muchos de estos muchachos tal vez no entiendan o no puedan destacar en el deporte como competitividad, pero sí como educación física, salud y recreación.
En el trabajo con estos muchachos, se vuelve crucial también el papel que pueden jugar los facilitadores y entrenadores. Ellos deben tener una capacitación especializada y entender los valores y objetivos que podemos buscar. Sobre todo deben tener vocación de trabajo con jóvenes y entender que la prevención de la violencia juvenil es parte de lo que tenemos que hacer para mejorar la seguridad del país. Los facilitadores pueden también convertirse en ejemplos a seguir por parte de los jóvenes, y con esto disputamos el mal ejemplo que muchos líderes de pandillas pueden tener en las comunidades.
Tener a estos jóvenes en proyectos como estos tiene además la ventaja que se puede aprovechar para impartirles charlas sobre temas como resolución pacífica de conflictos, noviazgo sin violencia, empleabilidad, habilidades para la vida, comunicación asertiva y otros. Se puede también atender problemas específicos de personalidad de algunos de ellos y apoyarlos para alcanzar sus metas en cuanto al éxito escolar.
Hay muchos ejemplos de programas que buscan estos objetivos. Espacios seguros que impulsa DINADECO y UNICEF y Ligas Atléticas Policiales que impulsamos desde el Ministerio de Seguridad Pública con ayuda de la Embajada de Los Estados Unidos son dos casos de ellos. Hay también otras organizaciones, Gobiernos Locales, instituciones y comunidades que trabajan en este campo.
Todos deberíamos juntarnos y coordinar siempre de una mejor forma. Entre todos debemos seguir este esfuerzo que no es ni más ni menos que disputar cada joven costarricense a los carteles de la droga y el crimen organizado. Esta es nuestra obligación con esta generación de jóvenes, y el próximo 6 de abril es un buen día para buscar como ayudar.