Hacer Şimşek se mueve con rapidez entre los árboles, recolectando higos maduros y llenando los cubos de metal que su hija lleva al cobertizo.
Esta agricultora de 42 años lleva guantes de látex y manguitos rojos para protegerse la piel de la leche de los higos, que puede quemar y dejar cicatrices.
Es la temporada de recolección de los famosos higos negros de Bursa, en Türkiye, y Hacer y su familia llevan en el campo desde el amanecer.
Se despiertan a las 5 de la mañana y se dirigen a sus huertos, donde, según Hacer, “trabajan como robots durante dos meses”, examinando los casi 400 árboles de sus 3,1 hectáreas en busca de higos listos para el mercado.
“Si no se recolectan los higos maduros en tres días, se pierden”, añade.
La mayoría de los agricultores de la aldea de Karabalçık, en Bursa —un mosaico de colinas cubiertas de frutales, olivos y viñedos—, cultivan higos negros para la exportación.
Es un mercado lucrativo. Cada higuera produce entre 100 y 120 kilos de fruta al año, y el precio en la explotación de este año es de 150 liras turcas (cerca de 3,50 USD) por kilo, lo que representa una buena cantidad de dinero, de acuerdo con Hacer.
“Podemos ahorrar dinero e invertir”, añade. “El año pasado compramos un tractor nuevo y un coche”.
Pero el trabajo exige mucho esfuerzo físico y es difícil encontrar temporeros para la recolección, que suele durar desde principios de agosto hasta septiembre. El cambio climático hace que todo ocurra antes de lo normal, asegura Hacer.
Su marido, Sabahattin Şimşek, señala los tubos de riego por goteo que serpentean alrededor de las higueras, un colchón frente a los períodos secos cada vez más largos.
Aunque las higueras son relativamente resistentes al estrés climático, Hacer no lo da por hecho y las colma de “amor y cuidados” después de la cosecha. “Como si fueran mis hijos”.
El higo negro y el melocotón de Bursa de Türkiye son dos productos destacados en una región conocida por sus frutas y hortalizas.
La agencia de patentes y marcas de Türkiye, Turk Patent, concedió la indicación geográfica (IG) nacional al higo negro en 2018 y al melocotón en 2019, reconociendo el vínculo entre su gran calidad y su origen. La Unión Europea reconoció la IG de estas frutas en 2024.
La Asociación de Cooperativas Agrícolas de Bursa (Köy-Koop) encabezó el proceso de registro de la IG, en estrecha colaboración con productores locales, funcionarios gubernamentales, académicos y expertos técnicos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) prestaron su apoyo a lo largo de todo el proceso.
Compartieron conocimientos y sensibilizaron sobre el valor añadido de la IG, incluyendo la organización de un viaje de estudios a Francia para 15 productores, proveedores, investigadores, certificadores y representantes gubernamentales de Bursa sobre la protección y promoción de una IG.
La FAO y el BERD también ayudaron a definir los criterios de producción de cada fruta basándose en las mejores prácticas internacionales en torno a los planes de certificación y control de calidad, y reforzaron la capacidad local para gestionar y mantener la reputación de las frutas.
Para Osman Özkan, Presidente de Köy-Koop de Bursa, salvaguardar esta reputación era crucial.
“La IG protege la marca ante un uso indebido”, afirma, ya que solo los higos negros y los melocotones cultivados en Bursa de acuerdo con criterios específicos de producción pueden ostentar la denominación.
Según el Ministerio de Agricultura y Silvicultura, Türkiye produjo 356 000 toneladas de higos —negros y verdes— en 2025 y 822 000 toneladas de melocotones en 2024. De ellas, entre 30 000 y 50 000 toneladas fueron higos negros típicos de Bursa y unas 100 000 toneladas fueron melocotones de Bursa.
Estos criterios —el microclima único del Mediterráneo y el mar Negro, las variedades utilizadas y las técnicas de polinización, producción y recolección empleadas— son los que distinguen a estas frutas.
El pedúnculo del higo, o “botón”, por ejemplo, confiere al higo negro de Bursa, de piel morada oscura y pulpa carmesí, una vida útil más larga al evitar la pérdida de humedad.
Aunque la obtención de la IG fue un gran logro, la protección y promoción de los frutos, desde el árbol a la mesa, son fundamentales para su éxito.
Las autoridades locales apoyan a los agricultores con riego por goteo y sistemas de alerta temprana. Muchos agricultores invierten en seguros contra las inclemencias meteorológicas o en redes de protección contra el granizo, así como en plantones certificados. También se cuidan de proteger sus huertos ante cualquier elemento que pueda estropear la calidad de la fruta, incluidos los residuos de plaguicidas químicos procedentes de cultivos vecinos.
Unas cuidadosas prácticas de selección, clasificación y embalaje y unas innovadoras tecnologías de almacenamiento en frío contribuyen a preservar la vida útil de la fruta. El envasado de gran calidad y la indicación geográfica contribuyen a su atractivo visual y reconocimiento, mientras que los sistemas de trazabilidad digital permiten a los consumidores saber que están comprando la fruta auténtica.
Funcionarios de los gobiernos locales y provinciales, productores y minoristas trabajan para sensibilizar a los consumidores locales sobre las IG, desde la creación de un festival anual de las IG de Bursa hasta el posible desarrollo de una ruta de turismo rural.
Varios minoristas de moda en Türkiye se están abasteciendo de productos agroalimentarios locales con IG de Bursa, y un destacado minorista entre empresas y entre empresas y consumidores ha creado un expositor especial con IG de Bursa en su tienda física.
Sertaç Dokuzlu, una economista de la Universidad Uludağ de Bursa que participó en el proyecto de la IG de Bursa, destaca un importante efecto dominó: la confianza.
“Los minoristas compran ahora otros productos, como peras y cerezas, a las cooperativas con indicación geográfica de Bursa porque saben que pueden confiar en que cumplen con las normas de calidad”, afirma.
Y aunque se puede explicar a la gente lo que tienen de especial los higos negros y los melocotones de Bursa, “tienen que probarlos por sí mismos” para saberlo, añade.
Por su parte, Osman, que considera la IG como “una inversión a largo plazo”, quiere también que los consumidores sean conscientes “del trabajo que conlleva producir estas frutas”.
La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/story/a-lucrative-labour-of-love/es.