Xochimilco (México), 14 abr (elmundo.cr) – El proyecto Umbral Axochiatl formado por un grupo de campesinos chinamperos de Xochimilco, México tiene como uno de sus objetivos principales la recuperación del hábitat natural del ajolote (Ambystoma mexicanum).
La palabra ajolote viene del náhualt axolotl, que se forma de xólotl que es monstruo y atl que es agua.
El proyecto cuenta además con el apoyo de un grupo de investigadores que de manera voluntaria está llevando a cabo investigaciones que permitan la repoblación de ajolotes en los canales de Xochimilco.
El Mundo conversó con la bióloga encargada del proyecto Marlen Montes Ruiz, que señaló que “esta labor de conservación que hacemos en este proyecto es como buscamos la manera más integral de conservar a una especie, lamentablemente en el caso de las especies de ajolotes de Xochimilco se ha conservado de manera muy cuadrada, se limita solo a reproducirlos en cautiverio y a tener miles en peceras”.
Sin embargo para Montes el problema no es si se están o no reproduciendo en ajolotes en cautiverio “el problema es cómo tratar de manera integral la conservación de una especie, tienes que incluir a todos los factores que afectaron a la población de la especie, no es tenerlos a todos en una pecera, si no hacer algo por su hábitat”.
Ante esta realidad es que Umbral Axochiatl inicia un proceso integral para la recuperación del hábitat de los ajolotes mediante proyectos de turismo ecológico, grupos de voluntarios, jóvenes muralistas y la recuperación de la técnica agrícola de la chinampería.
Según indicó Montes “nosotros estamos tomando al ajolote como una especie paraguas, en biología de la conservación una especie paraguas es aquella que conservándola conservas más especies y conservas un ecosistema”.
Como parte del proyecto se ha buscado concientizar a la población de la importancia del ajolote como especie emblema para México, de esta manera comenta la bióloga “entonces ya la gente dice, entonces sí, la especie es bien importante, hay que conservarla y entonces ya empezamos a crear esas sensibilidades de decir al conservar el ajolote se van a conservar otras especies, se va a conservar el ecosistema”.
Sin embargo comenta Montes “los ojos se han vuelto a lo que el ajolote puede dar al mundo científico, que es su poder de regenerar cualquier parte de su cuerpo, pero eso también le cierra mucho su camino, porque lo van a tener en laboratorios para estarlo estudiando, pero va a llegar el momento que aunque tengas 50 mil artículos de cómo es que regenera una pata, si lo estás cerrando a su genética de cautiverio va a llegar el momento en que no va a haber ajolotes y de nada te va a servir tener todos esos artículos y toda esa información”.
En el equipo de voluntarios del proyecto también trabaja Gerardo Hernández, biólogo con una maestría en Ciencias del mar y limología que está a cargo de una investigación que busca lograr la limpieza del agua de Xochimilco mediante la utilización de materiales económicos o reutilizados.
Hernández detalló que “la primera etapa fue hacer un proceso donde sacábamos agua de los canales y la limpiabamos sin generar desperdicios, ahora con las plantas de tratamientos generas lodos, utilizas aluminio y algunos elementos que se van al agua, o conviertes el nitrógeno en óxido nítrico y eso se convierte en gases de efecto invernadero”.
“Lo que nosotros queremos es crear un proceso que fuera amigable con el medio ambiente, que fuera económico y fácil de utilizar y ya eso paso el año pasado, el año pasado lo desarrollamos. Estas peceras llevan un año sin hacerles cambios, solo reponerles lo que se evapora y es pura agua del canal con lo que estamos trabajando, ahí hay una de las especies que hay en los canales que es el acocil que es un camarón pequeñito”, añadió.
Hernández explicó que “aquí estamos empezando a criar alimento para el ajolote, tenemos pulga, y charela un tipo de crustáceo, hay que hacer toda la cadena trófica, hay que producir la microalga y dársela al zooplacton, y eso es un alimento para los charales y para los ajolotes en etapas pequeñas”.
“La ventaja de esto es que tenemos alimento que no tiene enfermedades, le damos una dieta más variada y eso asegura que tenga la alimentación que tendría allá afuera, él evolucionó su dieta y su estómago para comer lo que se encontrara, la idea es que si se van a liberar no les podemos dar cosas que no encuentren allá afuera ya hay que irlos aclimatando a que ellos cacen su propio alimento”, finalizó Hernández.
Las especies endémicas tanto el ajolote (Ambystoma mexicanum), como la rana moctezuma (Lithobates montezumae), han sido clasificadas como en peligro de extinción y bajo protección especial por parte de las autoridades mexicanas, esto a raíz del desequilibrio ambiental que se ha producido en la zona lacustre de Xochimilco.