Washington, 5 abr (VOA) – El presidente Donald Trump firmó el miércoles por la noche una proclama en la que ordena el despliegue de guardias nacionales en la frontera sur con México para contrarrestar el “drástico aumento de la actividad ilegal”.
“El desgobierno que persiste en nuestra frontera sur es fundamentalmente incompatible con la protección, la seguridad y la soberanía del pueblo estadounidense”, escribió Trump en el memorándum en el que autoriza la medida. Agregó que su gobierno no tenía “otra opción más que actuar”.
Trump declara que el Departamento de Defensa “deberá requerir el uso de personal de la Guardia Nacional” para dar seguridad a la frontera y que el Departamento de Seguridad Nacional trabajará para entrenar y dirigir a los guardias nacionales en esa misión.
“La seguridad de Estados Unidos está amenazada por un drástico aumento de la actividad ilegal en la frontera sur”, dice el documento.
La proclama fue firmada horas después de que Trump prometió tomar “medidas enérgicas hoy” en materia migratoria y un día después de que dijo que quería usar al ejército para proteger la frontera sur hasta que se construya su prometido muro.
La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen dijo que el mandatario había estado trabajando con gobernadores de los estados fronterizos del suroeste del país para alcanzar acuerdos sobre dónde se desplegarían los elementos de la Guardia Nacional y cuántos participarían.
Las leyes federales prohíben el uso de soldados en servicio activo para labores policiales dentro de Estados Unidos, a menos que el Congreso lo autorice específicamente. Pero durante los últimos 12 años, los presidentes han enviado tropas de la Guardia Nacional a la frontera para incrementar la seguridad y para que apoyen en la vigilancia y de otras formas.
Nielsen dijo que el plan sería similar a un operativo de 2006 en el que el presidente George W. Bush envió tropas para que ayudaran a personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza con labores no policiales mientras se contrataba y entrenaba a agentes fronterizos. El presidente Barack Obama también envió a unos 1.200 efectivos en 2010 para fortalecer el combate al narcotráfico y la inmigración ilegal.
Los gobernadores de las cuatro entidades estadounidenses fronterizas con México respaldaron la decisión en gran medida. La oficina del gobernador de California Jerry Brown, un demócrata que ha discutido con Trump en cuestiones de inmigración, dijo que cualquier solicitud federal sería examinada rápidamente para determinar la mejor forma en que el estado pueda ayudar.
Por otro lado, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México indicó que Nielsen le dijo al canciller mexicano Luis Videgaray que las tropas emplazadas en la frontera “no portarán armas ni realizarán funciones de control migratorio o aduanero”.
Los senadores mexicanos exhortaron al presidente Enrique Peña Nieto a que suspenda temporalmente la cooperación con Estados Unidos en cuestiones de inmigración y seguridad.
En una declaración no vinculante aprobada el miércoles por unanimidad, los senadores pidieron que el gobierno de México suspenda los esfuerzos conjuntos “de lucha contra la delincuencia organizada transnacional en tanto el presidente Donald Trump no se conduzca con la civilidad y el respeto que el pueblo de México merece”.
El periodista Reynaldo Lara, de TV Azteca, informa desde Ciudad Juárez.