Tras ataques terroristas, Gran Bretaña pasa a vigilar el Internet

REPORTAJE

Por Mark Scott

Nueva York, 28 jun (NYT) – Después de ataques terroristas mortales y una elección nacional, Gran Bretaña está de nuevo enfocándose en un plan polémico: regular el Internet.

Legisladores de todo el espectro político están promoviendo algunos de los planes más amplios en todo el mundo occidental para controlar a empresas como Google, Facebook y Twitter, preparando el terreno para un probable estancamiento.

De un lado están los formuladores de políticas y las autoridades policiales británicos, quienes quieren imponer medidas más estrictas a la forma en que los mensajes y la comunicación extremistas están propagándose por internet. Del otro, están grupos defensores de la privacidad y la libertad de expresión ⎯ junto con los propios gigantes tecnológicos ⎯, quienes dicen que las propuestas del gobierno van demasiado lejos.

Debates similares están surgiendo en todo el mundo. El FBI emprendió acción legal contra Apple el año pasado para obligar a la compañía a desencriptar el iPhone de un supuesto terrorista. La agencia estadounidense eventualmente usó a otro servicio para obtener acceso al smartphone.

En Alemania, legisladores están siguiendo adelante con multas de hasta 50 millones de euros (56 millones de dólares) si las empresas de Silicon Valley no limitan la manera en que el discurso de odio en internet circula en sus redes sociales.

Legislación reciente ya da a funcionarios policiales de Gran Bretaña algunos de los poderes más firmes del mundo para leer y monitorear la charla en línea de potenciales extremistas. Ahora, los políticos del país quieren ir más lejos.

En su manifiesto electoral y en discursos de destacados políticos, el gobernante Partido Conservador delineó propuestas para ofrecer a funcionarios de seguridad más formas de mantener el control sobre potenciales extremistas. Theresa May, la primera ministra, planteó el tema en una reciente reunión del Grupo de los 7 y en conversaciones con el presidente Emmanuel Macron de Francia.

Pero si las propuestas llegan a ser aprobadas, habrá costos.

Los conservadores ahora gobiernan con una minoría en el Parlamento, y muy probablemente tengan que depender del apoyo de otros partidos. Eso requeriría un compromiso o regateo.

Y las medidas adicionales perjudicarían al esfuerzo de gobierno de cortejar nueva inversión de parte del sector tecnológico mundial a medida que se prepara para dejar la Unión Europea.

⎯ ¿Quién debería tener acceso a sus mensajes?

May tuvo un mensaje sencillo después del reciente ataque terrorista mortal en Londres.

“Necesitamos hacer todo lo que podamos en casa para reducir los riesgos del extremismo en internet”, dijo al público británico, haciéndose eco de un mensaje similar de su gobierno después de un ataque anterior en Manchester.

Parte de ese plan es demandar que empresas como Apple y Facebook permitan a las agencias de seguridad nacional de Gran Bretaña acceso a los mensajes encriptados de las personas en servicios como FaceTime y WhatsApp.

Estos servicios usan la llamada encriptación de punta a punta, lo que significa que el mensaje de una persona es revuelto cuando es enviado desde un dispositivo, por lo que se vuelve indescifrable para cualquiera que no sea su receptor de destino.

A funcionarios británicos, como sus contrapartes estadounidenses, les gustaría crear una puerta trasera digital a esta tecnología.

Sin embargo, una apertura para las agencias de inteligencia, advierten expertos, también permitiría que otros, incluidos gobiernos extranjeros y grupos de hackers, potencialmente tuvieran acceso a los mensajes digitales de la gente.

También muy probablemente induciría a los grupos terroristas a moverse a otras formas de comunicación encriptada, mientras dejan a los británicos comunes ⎯ y otros que viajen al país ⎯ susceptibles a los hackeos en internet.

“Si el gobierno británico pide una llave especial como esta, ¿qué impide que otros gobiernos pidan el mismo acceso?”, dijo Nigel Smart, un profesor de criptología en la Universidad de Bristol. “Se necesita la encriptación de punta a punta porque impide que cualquiera escuche una conversación”.

Los legisladores británicos dicen que las agencias policiales y de inteligencia necesitan ese acceso para frustrar potenciales conspiraciones terroristas.

Pero Facebook y otros responden que ya ofrecen información sobre las actividades en línea de las personas, cuando se les requiere, incluidas las direcciones de IP ⎯ una pseudo huella digital de los dispositivos digitales ⎯ de las máquinas desde donde se envían los mensajes.

Y en una carta enviada a políticos británicos a fines de 2015 ⎯ justo cuando un debate anterior sobre la regulación tecnológica estaba teniendo efervescencia ⎯, Apple puso en claro sus opiniones.

“Creemos que sería un error debilitar la seguridad de cientos de millones de usuarios que cumplen con la ley para que también sea más débil para los muy pocos que representan una amenaza”, indicó la compañía.

⎯ Mensajes extremistas: ¿Qué debería ser controlado?

Políticos británicos tienen otro blanco al vigilar el internet: los mensajes extremistas que están circulando en Facebook, YouTube y otras redes sociales.

Aunque otros países han adoptado medidas para controlar cuánto de ese material se comparte en todo el internet, ejecutivos y activistas tecnológicos dicen que Gran Bretaña ha ido más lejos que casi cualquier país occidentales, a menudo responsabilizando a las compañías de determinar cuándo bajar contenido que, aunque ofensivo, no representa un mensaje ilegal, o violento.

“Me gustaría ver a la industria yendo más lejos y más rápido no solo en eliminar el contenido terrorista en línea, sino impidiendo que salga en primer lugar”, dijo Amber Rudd, secretaria del interior del país, antes de una reunión con ejecutivos tecnológicos este año. En ese momento, les hizo un llamado a adoptar medidas adicionales para contrarrestar ese material extremista.

Algunos otros legisladores europeos han advertido que límites demasiado estrictos sobre lo que puede compartirse por internet podrían obstaculizar la libertad de expresión, un tema delicado para muchas personas que crecieron detrás de la cortina de hierro de la era soviética.

“Para mí, la libertad de expresión es un derecho fundamental básico”, dijo Andrus Ansip, el jefe digital de la Comisión Europea, el poder ejecutivo de la Unión Europea, en una entrevista este año. “Nadie quiere ver un Ministerio de la Verdad”.

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