Londres, 28 ago (IPSNoticias) – El acceso al agua para el consumo se hace cada vez más difícil para comunidades pobres en África oriental y occidental, lo que conlleva a un aumento del hambre, las enfermedades y los desplazamientos humanos, alertó en un nuevo informe la coalición internacional de lucha contra la pobreza Oxfam.
“Uno de cada cinco pozos que cavamos ahora en la región en la que trabajo termina seco o con agua no apta para que los humanos beban. Hay que cavar pozos más profundos, en suelos calcinados, lo que supone roturas más caras”, dijo Betty Ojeni, responsable de agua y saneamiento de Oxfam en África.
Ojeny trabaja en la respuesta humanitaria de Oxfam en África oriental, donde más de 32 millones de personas se enfrentan al hambre y la hambruna debido a una sequía de cinco estaciones, agravada por el contexto de pobreza estructural y conflictos armados.
Amplias zonas de la región están afectadas por lluvias impredecibles e inundaciones repentinas que arrasan cultivos, suelos y obras, incluidas estructuras de pozos, y en general los medios de vida de las comunidades más vulnerables.
“Tenemos que utilizar costosas tecnologías de desalinización que a veces presentan fallas, especialmente en los terrenos más hostiles donde tenemos que trabajar. Sucede en un momento en que disminuye la financiación de los donantes para el agua”, lamentó Ojeny.
En África oriental –Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Sudán del Sur-, pero también en zonas del Sahel –franja semiárida que atraviesa el continente- en África occidental, están varios de los principales “puntos rojos” de hambre y sed considerados en el planeta por las agencias del sistema de Naciones Unidas.
“Si bien el calentamiento global es causado por el petróleo, el carbón y el gas, su daño se experimenta fundamentalmente como una crisis global del agua”: Nafkote Dabi.
Nafkote Dabi, responsable de justicia climática global de Oxfam, sostuvo que en África, como en otras regiones del mundo donde las comunidades no acceden al agua, “la enorme falta de inversión en el fortalecimiento de los sistemas hídricos está dejando a los países expuestos a la catástrofe”.
“El calentamiento global está aumentando la frecuencia y gravedad de los desastres, incluidas inundaciones y sequías, que afectarán a los países con más fuerza y frecuencia en los próximos años”, agregó Dabi.
El informe de Oxfam señala que, para 2040, África oriental podría verse afectada por un aumento de ocho por ciento en las precipitaciones, con un ciclo de inundaciones y sequías que conduciría a un aumento potencialmente catastrófico de 30 % en la escorrentía superficial.
Esto elimina los nutrientes de los suelos agotados y destruye la infraestructura. Como ejemplo de su impacto, señala que entre 50 y 60 millones más de personas podrían estar en riesgo de contraer malaria para 2030.
El informe dice que la región de África occidental sufrirá problemas similares como resultado de esta crisis del agua.
Ambas regiones enfrentan olas de calor entre ocho y 15 % más intensas, y caídas de la productividad laboral entre 11 y 15 %, en medio de migraciones masivas, aumento de la pobreza y el hambre, cambios en los cultivos y pérdida de ganado, y más conflictos impulsados por el agua.
Dabi observó que “si bien el calentamiento global es causado por el petróleo, el carbón y el gas, su daño se experimenta fundamentalmente como una crisis global del agua”
“Esto plantea una de las mayores amenazas para la humanidad y provocará más hambre, más enfermedades y más desplazamientos, especialmente en los países y comunidades menos preparados para el cambio climático”, expresó el responsable.
Ojeny dijo que “ya hoy, debido a las sequías, muchos de los sistemas de agua instalados por Oxfam se han vuelto obsoletos a medida que las comunidades de pastores se ven obligadas a migrar en busca de nuevos pastos”.
Esa situación “está socavando la gestión comunitaria del agua, que es clave para la sostenibilidad y mejora la resiliencia de las personas”, agregó Ojeny.
Dijo que “en Sudán del Sur ya vemos inundaciones que arrasan las instalaciones sanitarias y sumergen los pozos, dejándolos inútiles. Más enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, están ejerciendo una inmensa presión sobre nuestro trabajo de agua y saneamiento, y sobre nuestras operaciones de salud pública”.
Por contraste con esas lluvias e inundaciones localizadas, el informe dice que para 2040 en toda la región de Medio Oriente las precipitaciones disminuirán notablemente, al igual que los niveles de agua y la escorrentía de los ríos, lo que provocará un empeoramiento de la seguridad alimentaria.
Las olas de calor aumentarán alrededor de 16%, lo que provocará una caída de la productividad laboral de siete por ciento y los precios del agua aumentarán con la mayor demanda.
Mientras tanto, los países de Asia se verán más afectados por el aumento del nivel del mar, potencialmente de más de medio metro para 2100.
Junto con la escorrentía superficial y el derretimiento de los glaciares, esto afectará a los acuíferos de agua dulce subterránea, especialmente en las zonas costeras donde viven cientos de millones de personas.
El informe dice que décadas de inversión insuficiente en sistemas hídricos, mala gestión del agua y erosión, contaminación y uso excesivo de los acuíferos subterráneos están empeorando esta crisis del agua.
Solo 32 % de los 3800 millones de dólares de los llamamientos humanitarios globales de las Naciones Unidas para agua y saneamiento se financiaron el año pasado, y los países con mayor riesgo de inseguridad hídrica no están invirtiendo en infraestructura hídrica, según Oxfam.
Los gobiernos “deben reorientar fundamentalmente su atención e inversión en sistemas hídricos como una prioridad política absoluta. Deben cumplir urgentemente la ambición de la ONU de 114 000 millones de dólares al año para el sector del agua, el saneamiento y la higiene”, concluye el informe.
Este artículo fue publicado en: https://ipsnoticias.net/2023/08/tener-agua-es-cada-vez-mas-dificil-para-comunidades-en-africa/.