Nueva York, 18 ene (elmundo.cr) – El titular de la ONU señala que la economía y la tecnología han provocado que muchas personas se queden sin esperanza, dejándoles a merced del miedo, los nacionalismos y el populismo. La mejor vacuna contra ese miedo es que los Gobiernos respondan a esos temores y ansiedades y que lo hagan mediante la cooperación y el multilateralismo.
El Secretario General de las Naciones Unidas denunció este viernes durante un encuentro con la prensa que el aumento de las desigualdades entre países ha provocado que “personas, sectores y regiones” hayan quedado rezagados, en un contexto de prosperidad generalizada, añadiendo a su aflicción “una sensación de injusticia”.
“Cuando la gente ve una economía mundial que está fuera de lugar, cuando siente que no tiene ninguna oportunidad, ninguna esperanza, y ningún líder o institución sintoniza con sus problemas, les guiará la inestabilidad y la desconfianza”, dijo.
Estos recelos, a su vez, generan un enorme déficit de confianza en los gobiernos, las instituciones políticas y en las organizaciones internacionales, destacó António Guterres.
“En esos momentos, las explicaciones pueden sonar como excusas, y las personas pueden convertirse en objetivos fáciles para los nacionalistas, los populistas y todos aquellos que se benefician del miedo. La marca más vendida hoy en día a nivel mundial es el miedo. Obtiene audiencia. Gana votos. Genera clics”.
En este volátil escenario, el mayor desafío al que se enfrentan tanto gobiernos como instituciones es demostrarle a la gente que son importantes para su proyecto y activar soluciones que den “respuestas a sus temores y ansiedades”.
Respuesta al discurso del odio y la xenofobia
Estas soluciones en clave de las Naciones Unidas pasan por tres ámbitos: una globalización justa, articulada a través de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible; demostrar el valor añadido de la ONU; y movilizar a todos los sectores sociales “en la batalla por los valores (…) y, en particular, abordar el aumento de la incitación al odio, la xenofobia y la intolerancia”.
Con relación a este último apartado informó haber encargado a su asesor especial para la Prevención del Genocidio, Adama Dieng, la formación de un equipo para definir una estrategia, dar respuesta al problema y presentar un plan de acción global con carácter de urgencia.
“En todos estos ámbitos, el mensaje es claro: las palabras no son suficientes. Debemos ser eficientes tanto en la reivindicación de nuestros valores universales como en el estudio de los orígenes del miedo, la desconfianza, la ansiedad y la ira”, remarcó.
Situación en Venezuela
Interrogado sobre si apoyaría una nueva ronda de conversaciones lideradas por la ONU en Venezuela, Guterres abogó por encontrar una solución política incluyente basada en el diálogo: “sé que no es fácil, pero es mi profunda convicción”.
Con relación a si le preocupa la estabilidad en América Latina ante la reacción de algunos gobiernos de la región de no reconocer la legitimidad del Gobierno de Nicolás Maduro indicó: “las Naciones Unidas no hacen un reconocimiento de los gobiernos, pero respeta el derecho soberano de los Estados de reconocer o no a los gobiernos de otros Estados. Las Naciones Unidas no tienen en este momento ninguna iniciativa específica en la región, aunque ofrecemos nuestros buenos oficios” si se solicitan, destacó.
Atentado en Bogotá
Guterres condenó de manera categórica el ataque terrorista a la Academia de Policía General Santander en Bogotá perpetrado este jueves. El Secretario General reveló que había mantenido una conversación telefónica con el presidente de Colombia, Iván Duque, donde éste le manifestó tener “pruebas claras” de que el asalto fue obra del Ejército de Liberación Nacional, lo cual calificó de “inaceptable” y, a continuación, expresó su solidaridad con el pueblo de Colombia.
Derecho a la reunión familiar en la frontera con EE. UU.
Sobre el caso de los niños separados de sus padres en la frontera entre México y Estados Unidos, calificó de “principio fundamental” la reunificación familiar en todas las situaciones de refugiados.
Recordó la participación de la ONU en las situaciones de crisis del Triángulo Norte de América Central y remarcó tanto el trabajo de UNICEF como el de ACNUR a ambos lados de la frontera.
Dificultades presupuestarias
En relación con las estrecheces financieras de la Organización, distinguió entre las dificultades del prepuesto general y el de las operaciones de paz.
Sobre el primero destacó que todos los países han decidido pagar las cuotas que les corresponde y que están definidas por una escala acordada en la Asamblea General. El único problema destacable es con los pagos atrasados.
Sin embargo, destacó que, en las cuentas relacionadas con las operaciones de las fuerzas de paz, Estado Unidos decidió pagar un monto alrededor de un 3% inferior al que le correspondería según su escala.
“El problema es que no puedo resolver este problema satisfactoriamente reduciendo el gasto un 3%. Si lo hiciera los costos serían obviamente menores, pero, de acuerdo a las normas, todos los Estados miembros que contribuyeron al presupuesto tienen el derecho a recibir una parte de esos ahorros. Lo que significa que nos encontramos en una situación en la que no podemos gastar el dinero que no hemos recibido y, si no lo gastamos, tenemos que devolverlo a otros países, lo que se convierte en una situación insostenible”, razonó.
Guterres cuantificó el desfase financiero en unos 600 millones de dólares y destacó tener la situación controlada hasta el momento pero que, de no encontrarse una solución, prevé una situación muy difícil para el año que viene.