Redacción, 31 mar (elmundo.cr)- Tras la ruptura prácticamente unánime del Partido por el Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) con el gobierno el pasado martes, el Parlamento brasileño quedó muy dividido, algo que se podría profundizar si los partidos aliados al gobierno siguen los pasos del PMDB.
Según informó Folha de San Pablo, la Cámara de Diputados votará el juicio político a Rousseff en el marco de una fragmentación récord, ya que actualmente 25 partidos poseen escaños, más allá de que el PMDB (69), el PT (58) y el Partido Progresista (49) abarcan poco más de la tercera parte del total (513).
Tras esta ruptura, Dilma Rousseff busca encontrar las estrategias adecuadas que le permitan mantenerse en el cargo y superar el juicio político en su contra por supuestas manipulaciones de fondos públicos.
Para ello, es clave remendar una coalición partida y lograr que los partidos que aún se mantienen fieles al gobierno no imiten la maniobra del PMDB, ya que significaría el fin definitivo del gobierno de Rousseff.
Según medios de prensa locales, el expresidente Lula da Silva mantuvo reuniones con líderes de varios partidos para intentar retenerlos en la coalición de partidos leales a la presidenta, ofreciéndoles ministerios y cargos públicos.
En este sentido, el PMDB, aliado con el Partido Socialdemócrata Brasileño (PSB), también realizó una gestión similar, ya que sus dirigentes han ofrecido ministerios y puestos de gobierno a otros partidos en un eventual mandato de Michel Temer, vicepresidente de Brasil y principal impulsor de la ruptura entre el PMDB y el gobierno.
Todos estos movimientos buscan lograr que la votación resulte a su favor en el proceso de impeachment (juicio político) que se votará en el Parlamento en las próximas semanas, en el marco de un órgano legislativo que, como pocas veces, aparece sumamente fragmentado.
Una de las estrategias que han utilizado tanto la presidenta como Lula fue denunciar al proceso en su contra como un intento de “golpe de estado”, algo que Rousseff volvió a mencionar ayer durante un acto para beneficiarios de planes sociales en el Palacio de Planalto en Brasilia.
“El impeachment está inscrito en la Constitución, pero aquí estamos discutiendo un impeachment muy concreto, sin crimen de responsabilidad, y eso se llama ‘golpe'”, declaró la presidenta en el evento.
El país vive el segundo año de una recesión económica histórica, pero Rousseff remarcó que pese a esas dificultades, los planes deben continuar dado el “pasivo histórico” y la “inmensa desigualdad” que existe en el país.
A todo esto, y en el marco de la peor tasa de aprobación del gobierno en 25 años, el PT llamó a sus votantes a respaldar a la presidenta en una serie de marchas programadas para este jueves.