Por Subel Bhandari (dpa)
Katmandú, 30 abr (dpa) – Cinco días después del fuerte terremoto que sacudió Nepal, los equipos de rescate lograron sacar de las ruinas a dos supervivientes en las últimas horas, mientras bancos y comercios comenzaron a reabrir.
Los equipos de rescate consiguieron sacar con vida de entre los escombros de una pensión a un joven de 18 años en Katmandú. Horas despúes fue rescatada prácticamente en el mismo lugar una mujer nepalí que se encuentra en situación grave. El jueves también se logró salvar a una niña de 11 años.
El sismo de magnitud 7,8 en la escala de Richter ocurrido el sábado dejó ya más de 5.500 víctimas mortales en Nepal, según cifras oficiales. El gobierno señala que los esfuerzos por encontrar más supervivientes se vieron entorpecidos en muchas partes del país como consecuencias de las lluvias torrenciales. Los servicios de rescates temen que la cifra de víctimas aumente considerablemente cuando consigan llegar a zonas apartadas. En las vecinas China e India perdieron la vida al menos 100 personas.
A pesar de la devastación provocada por el temblor, la población de la capital, Katmandú, comienza a volver a su vida cotidiana. Los bancos abrieron hoy por primera vez desde el sábado, después de que el gobierno amenazase con multarles si no lo hacían.
También abrieron sus puertas tiendas, restaurantes y cafeterías, especialmente en las zonas turísticas. La mayor cadena de supermercados del país, Bhatbhateni, comenzó a funcionar a pleno rendimiento ya el miércoles.
Además de las lluvias, también están provocando problemas el estado ruinoso de muchos edificios, la falta de logística y la mala cobertura de la telefonía celular, informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Aun así, los primeros equipos consiguieron llegar a zonas apartadas y distribuir alimentos.
Alrededor de 3,5 millones de personas necesitan urgentemente ayuda alimentaria en Nepal, informó la Organización de ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, que alertó además de las enormes consecuencias que puede tener el teremoto para la agricultura y la seguridad alimentaria.
Según la FAO, se necesitan urgentemente unos ocho millones de dólares (7,2 millones de euros) para ayudar a los agricultores damnificados. Si los agricultores no logran prepararse para la temporada de siembra de arroz, podría perderse la cosecha de este cereal, uno de los principales alimentos del país.
Muchos habitantes de Nepal están indignados con el gobierno, pues creen que no se está haciendo lo suficiente para repartir agua y comida. Además, en muchas casas destruidas o abandonadas se están produciendo saqueos. “La policía está concentrada solamente en los trabajos de rescate, así que los ladrones tienen las manos libres”, se quejó un ciudadano.
Cuando el primer ministro, Sushil Koirala, visitó el barrio de Basantapur en Katmandú los residentes lo rodearon y le gritaron indignados, según el diario “Kantipur”. Cientos de personas se manifestaron ante edificios gubernamentales exigiendo autobuses para poder abandonar la capital y viajar adonde viven sus parientes.
Muchas familias de Katmandú abandonaron las tiendas de campaña y regresaron a sus casas. El número de réplicas ha ido disminuyendo y son más débiles. “Creo que ahora es seguro volver a casa”, dijo Dev Limbu, padre de cinco hijos. Aunque las escuelas y universidades siguen cerradas, volvieron a trabajar los tribunales y en algunas partes de la ciudad vuelve a haber electricidad.
Algunas zonas de Nepal sólo son accesibles a pie, y hacen falta cuatro a cinco días de marcha hasta llegar a la carretera más próxima, explicó la ONU. La organización ha puesto a disposición dos helicópteros para distribuir alimentos en el distrito de Gorkha,
donde estuvo el epicentro del terremoto.
Los nepalíes están recibiendo ayuda desde todas partes del mundo, desde la vecina India, donde personas de escasos recursos donan paquetes de alimentos, hasta el presidente estadounidense, Barack Obama, que llamó por teléfono al primer ministro Koirala.
Las cifras más actuales de la ONU dan idea de la magnitud de la catástrofe: hay ocho millones de afectados y 2,8 millones de personas perdieron sus hogares. Los cooperantes están distribuyendo tiendas de campaña, mantas y equipos de higiene básica. Pero la tarea es complicada porque en los campamentos no hay ninguna organización centralizada ni se han recabado datos sobre lo que necesita la gente. La ONU coordina actualmente en Nepal a más de 1.700 cooperantes de al menos 22 países.
A pesar del fuerte terremoto, las autoridades decidieron no cancelar las expediciones al monte Everest. “Si los escaladores quieren ir, podrán seguir haciéndolo”, afirmó un portavoz del Ministerio de Turismo.
Hasta el momento, 18 personas murieron en la montaña más alta del mundo tras el sismo. En el momento del alud, unas mil personas se encontraban en el campamento base del Everest, a unos 5.300 metros de altitud en la vertiente sur de la montaña. La mayoría fueron rescatados con vida.
Los meses de abril y mayo son la mejor época para ascender a la cima del Everest, que por estas fechas se masifica con cientos de escaladores deseosos por hollar la cima más alta del planeta, de 8.848 metros.
El terremoto elevó la región afectada y la desplazó hacia el sur, según informó la Agencia Espacial Europea (ESA) en París. Según cálculos del Instituto de de Investigación Aeroespacial Alemán (DLR), la zona de la capital, Katmandú, se encuentra ahora en promedio 1,65 metros más al sur que antes. Además, según cálculos del DLR basados en datos satelitales, la ciudad se elevó más de un metro.
